lunes, 13 de julio de 2009

ORACIÓN. "EN LA PERSECUCIÓN AYUDAME SEÑOR".




ORACIÓN. "EN LA PERSECUCIÓN AYUDAME SEÑOR".

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
Maracaibo. Estado ZULIA. República de Venezuela. América del Sur.
Redactada y publicada en la red: LUNES 13 de JULIO de 2009.


O R A C I Ó N


Ten piedad de mí, Dios mío, ten piedad, porque mi alma se refugia en ti; yo me refugio a la sombra de tus alas hasta que pase la desgracia. Invocaré a Dios, el Altísimo, al Dios que lo hace todo por mí: él me enviará la salvación desde el cielo y humillará a los que me atacan.¡Que Dios envíe su amor y su fidelidad! Yo estoy tendido en medio de leones que devoran con avidez a los hombres; sus dientes son lanzas y flechas, su lengua, una espada afilada. ¡Levántate, Dios, por encima del cielo, y que tu gloria cubra toda la tierra! Amen y amen… (Extraída del salmo 57)




C O M E N T A R I O.

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

En algunas etapas y situaciones de nuestra vida nos hemos visto atiborrados, agobiados y hostigados por un cúmulo de problemas, de calamidades y de críticos momentos en los cuales pareciese que el mundo se nos viene encima, que somos incapaces de soportar las dificultades, persecuciones y tragedias que experimentamos. Muchos abrumados por esa nefasta situación, se refugian en sus propias desventuras, en sus propios dolores, para nada esperan el auxilio de algo o de alguien. Piensan y con seguridad creen, que no existe nadie que pueda al menos suavizar las diversas situaciones negativas que enfrentan. Pero esta manera de razonar, este modo de reflexionar que niega la solidaridad, el auxilio y la colaboración que existe en cada uno de los seres humanos, aunque a veces la mayor parte de ellos no la practique; son formas racionales que niegan todo tipo de bondad, de caridad, de misericordia y de amor por el prójimo. Estas sufrientes personas generalmente no compartieron con nadie, no le prestaron ayuda al necesitado, no fueron solidarios con el dolor y la necesidad ajena, se negaron a ellos mismos, negaron a los demás y lo más grave: negaron siquiera la posibilidad de la existencia de un ser superior que ordena, guía y domina todo el universo. Entonces, es prudente esta oportunidad en la cual hemos conversado con el señor, plantearle nuestro deseo de rectificar, de enmendarnos, de corregir nuestros procederes así como nuestras actitudes y nuestras maneras de conducirnos, para ajustarlos a los principios y valores del bien común, de la justicia, de la verdad, de la caridad, en el amor profundo a Dios y al prójimo. En este día elevamos al señor nuestra plegaria para que venga en nuestro auxilio. Para que el señor nos permita refugiarnos en el, nos conceda la ayuda que necesitamos para que nuestros adversarios y nuestros enemigos no nos causen daño. Señor Dios escucha ni oración, mi vida está enfrentada a quienes pretenden destruirme con sus mentiras, con sus iniquidades, con sus falsos testimonios y con su maldad. Reconozco que en el pasado fui prepotente y autosuficiente. Reconozco que no amé al prójimo como a mí mismo, ni mucho menos, te amé con toda la fuerza de mi corazón OH dulce señor. Reconozco que no fui bueno, que no practique la solidaridad ni la caridad, jamás tuve piedad y cuando la hube de tener, pensé en la recompensa que iba a obtener por las mismas. Señor no apartes ni tu vista, ni tu oído de mi, protégeme, concédeme tu perdón y tu amor. Te prometo buen Dios que de aquí en adelante actuaré, como auténtico testigo de la palabra de Jesús, tu hijo y señor nuestro. Seré más humano y más cristiano. Para ti señor todo el honor y toda la gloria por los siglos de los siglos amen y amen. Animo, gozo, alegría...

ETIQUETAS: reconocer nuestra culpa, actitudes cambiantes, honores a Dios, falsos testimonios,

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