LA NOTA CORTA. "TRANSFORMAR NUESTRAS RESPONSABILIDADES EN ACTOS DE TRIUNFO”
POR PROF. DR.MERVY ENRIQUE GONZALEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA .AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y TRASLADADA EL VIERNES 24 JULIO 2009.
"El trabajo es tan malo que pagan por hacerlo". Esta es una expresión de suelo con mucha frecuencia escuchar en mi ciudad natal Maracaibo. La expresión por sí misma implica una personalidad desvinculada del desarrollo de iniciativas, de riña con todo lo que implique el trazado de nuevas metas y planes. Son seres humanos que no se involucran de manera entusiasta con las actividades cotidianas y que conciben el cumplimiento de sus responsabilidades con un fardo o carga de obligaciones que significan para ellos momentos de gran desconsuelo, fatiga, emociones relacionadas con la pena y la tristeza, incluso comparan el cumplimiento de sus obligaciones con el status de un presidiario, condenado a cadena perpetua.
Cualquiera creería que estas hipótesis, casos o situaciones no suceden en grandes sectores de una población o de una sociedad. Sin embargo el lector podrá comprobar in situ e in visu, mediante un interrogatorio muy breve efectuado a los miembros de su entorno, de su comunidad, de trabajo, a algunos de sus familiares. La certeza de que son muchísimas las personas que no sienten "afecto" por el trabajo, por el advenimiento de responsabilidades, ni mucho menos por el asumir el cumplimiento de una o varias obligaciones. Antes por el contrario prefieren más bien pasar la mayor parte de su tiempo en lo que los fatigosos y fatigados de hoy han dado en llamar: "la vida loca". Son aquellos que según sus propios juicios y análisis, vinieron a este mundo a " probar y gozar todas las cosas buenas que la vida les ofrece". Alejándose en consecuencia de aquello que implique trabajo, responsabilidades y obligaciones.
"No tenemos por qué convertir las responsabilidades en pesadas cargas difíciles de manejar. Todo lo que se hace sin gusto, sin atención y sin interés, pierde sentido para nosotros. Si consideramos una carga el hecho de educar a nuestros hijos, es muy posible que les trasmitamos está desgana (sic) y falta de ilusión. Por eso es necesario disponer de las responsabilidades y descubrir que realmente podemos disfrutar de ellas. Nuestras responsabilidades forman parte de nuestra vida y lo más inteligente es decidirnos a sacarles del máximo partido. Si tienes que hacer tal cosa, intenta darle un sentido y dedicarle tu máxima atención para que salga bien. Cumplir con nuestras responsabilidades nos ayudará a sentirnos mejor con nosotros mismos". (TIERNO Bernabé. ATRÉVETE A TRIUNFAR. Caracas Venezuela. Editorial Grijalbo. 2004. Pág. 53)
Nadie puede escapar, ni evadir el cumplimiento de sus responsabilidades que en la vida que le toca vivir. Es relevante, destacado y notable, lo que el apóstol san Pablo les dijo a sus discípulos en relación con el trabajo. A ellos se dirigió manifestándoles “que quien trabajara no debería comer”. Es decir que el hecho de predicar la palabra de Dios no nos exime del cumplimiento de nuestras responsabilidades y obligaciones. Claro está, que quien haya jurado y se haya comprometido a servirle única y exclusivamente al señor, obtendrá indulgencia en relación con estas responsabilidades terrenales. Pero retomando la idea, y con respecto a aquellos seres humanos que pretendan exclusivamente dedicarse a disfrutar los placeres, bondades y festines del mundo, ha de afirmarse que su destino final no será del todo positivo, provechoso y alentador. Su desgaste físico y emocional será evidente.
Las reflexiones anteriores hacen imperativo que tratemos de cumplir nuestras actividades de manera entusiasta y con la alegría de saber que aquellas aunque sean sencillas, simples y aparentemente sin ninguna importancia, siempre se traducirán en algún beneficio y aporte para el mejor desarrollo y crecimiento de la sociedad y de la humanidad. No existen actividades o responsabilidades carentes de valor. Imaginemos un mundo en el cual no existiesen personas cuya obligación y trabajo fuera la recolección de desperdicios orgánicos e inorgánicos. Por lo obvio de la situación, podría decirse de manera categórica que el mundo perecería producto de las diversas pandemias ocasionadas por las bacterias virus y otros organismos generados por esos desperdicios. Esa es una labor importante y quien la cumple debe sentirse orgulloso y además útil por el cumplimiento de tal responsabilidad, ya que si no realizara esa dura actividad, la humanidad estaría condenada a una muerte segura.
Debemos sentirnos bien con lo que hagamos, de esta manera disfrutaremos asumir y cumplir las obligaciones y responsabilidades que con ocasión de nuestra profesión, orientación, trabajo y posición, debemos enfrentar. La satisfacción del deber cumplido debe causar en nosotros, situaciones de satisfacción y emociones edificantes, gratas y de mucha paz interior. ¿Entonces que esperamos? Convirtamos en un gran triunfo y aliciente las metas cumplidas, la jornadas laborales desarrolladas, pues ellas nos edifican y nos generan un valor agregado de honradez, de decencia, de moralidad y de ciudadanía. Ánimo, gozo, alegría...
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viernes, 24 de julio de 2009
LA NOTA CORTA. "TRANSFORMAR NUESTRAS RESPONSABILIDADES EN ACTOS DE TRIUNFO”
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