ARTÍCULO.LOS GRANDES DE MARACAIBO. “DOCTOR JESUS ENRIQUE LOSSADA”
POR PROF. DR.MERVY ENRIQUE GONZALEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA .AMÉRCA DEL SUR.
REDACTADA Y TRASLADADA ELVIERNES 17 JULIO 2009.
La figura del culto hombre Jesús Enrique Lossada honra el gentilicio del zuliano y en particular de Maracaibo. Una muestra mas de la riqueza del factor humano de la denominada por nuestros connacionales venezolanos: “LA REPÚBLICA DEL ZULIA”. Este entidad federal ubicada en la margen noroeste de la República de Venezuela, ha sido, es y será icono y emblema de este país. Sus aportes en todos los estratos: sociales, culturales, científicos, académicos,conómicos,artísticos,históricos,filosóficos,médicos,deportivos,religiosos,politicos,etc son harto conocidos en lo local, nacional e internacional. En este pequeño lar dijo alguna vez un gran compositor musical, estuvo alguna vez el Edén o paraíso terrenal.
Con riesgo seguro de que se me califique como un “regionalista mas” he de afirmar que esta tierra cálida, hospitalaria, de hablar muy singular ( Usamos el “Vos”en lugar del” “ Tu” ) y muy generosa con quienes conviven con nosotros o simplemente nos visitan , ha efectuado a la humanidad toda ,algun aporte y /o contribución.Para demostrar lo dicho,piense el lector en cualquier actividad humana de re lieve, notoriedad e importancia, y allí con seguridad encontrará cuando menos el nombre de un coterráneo zuliano o zuliana.
Uno de sus hijos el Dr. Jesús Enrique Lossada es faro iluminador ,pilar fundamental y edificante ejemplo de sapiencia, cultura,honor y paradigma de docencia y educación. Transcribo esta biografía cuyo pie de imprenta es la siguiente: Fuente:OLIVARES, Atenógenes (1988). Siluetas Ilustres del Zulia. Tomo I. Maracaibo, Venezuela. Universidad Rafael Urdaneta. p 107-116.Ubicación del documento: Centro de Investigación, Información y Documentación Histórica del Zulia (CIDHIZ) .
Para el disfrute de nuestros lectores,zulianos o no,presento a continuación la prealudida biografía:
“Aunque rama de un árbol de opulencia, que dio sus frutos a la guerra emancipadora por la línea de su bisabuelo Fernando Lossada Celis, coronel de la Gran Colombia y General de la Nueva Granada, el vástago Jesús Augusto Enrique del Carmen, que así fue bautizado en la S. I. Catedral de Maracaibo, vino al mundo en cuna desvestida de artificios, por la modestia que le imponía su estado de pobreza, el día 15 de julio de 1892 en esta ciudad de Maracaibo. Su madre Doña María Luisa Lossada era nieta del ilustre Prócer de la Independencia Coronel Fernando Lossada. Esta buena mujer sumida en el más lamentable estado económico, tuvo que ayudarse bordando soles, que vendía en la ciudad y desempeñando el magisterio. Como maestra enseño las primeras letras a su único hijo, quien a la edad de cinco años ya sabia leer y escribir.
De aquella infancia desvalida surgió uno de los hombres que más lustre dieron al gentilicio venezolano. Como la propia ostra, que nada dice en su original apariencia y esconde un sol de belleza en sus entrañas, así aquella humanidad dolida en su infancia, almaceno el tesoro más puro del Coquibacoa: Una heroica vocación intelectual que, como un brillante de mil kárates esplendió por todas las facetas, entregando su existencia a los supremos ideales humanos con el chorro de luz de su palabra calando hasta los estantes de todos los estudios y aflorando en las investigaciones psicológicas.
Como una catarata, desbordó su acervo cultural cristalino en el periodismo, en la historia, en la política, en las artes, en la filosofía, en las ciencias; estos es, en las manifestaciones más sobresalientes proyectadas sobre el horizonte del país. Afines fueron su corazón y su cerebro. Su vida fue un terrón de bondad y de sabiduría. Había en él la pureza argentina del cristal y su intelecto tenía la fortaleza de un monumento monolítico. Desvestido de toda vanidad, no llegaron a alcanzar los contornos de su existencia las pasiones humanas ni el egoísmo muy propio de los hombres. Era como una torre enhiesta, firme, vertical, desde la cual la luz de su palabra maestra ilumino el terruño y lo encauzó para que siguiera el camino del porvenir. Su fuerza moral tuvo la altitud de las montañas. Ruido de alas eran sus pensamientos. Su virtud y su honradez, su verbo y su aptitud, su sencillez y su conducta, fueron columnas indestructibles del edificio de su personalidad. Fue un apóstol del bien y un esclavo del saber. En el ejercicio de las altas funciones públicas fue un gran apasionado por la causa del pueblo. Fue un paradigma de nobleza y de dignidad cívica.
Sus estudios. Aquella santa mujer de nombre María Luisa Lossada, desprovista, de recursos económicos, se las tiene que ver para modelar el barro nuevo, el barro de aquella humanidad que empezaba a demostrar precocidades e inquietudes, y lo instruye en las primeras tareas, que así lo preparan para ingresar años más tarde como interno en el Colegio que el maestro Federico Valbuena regentaba en el apartado Los Haticos, de esta ciudad de Maracaibo. Allí cursa la primaria entre los años 1906 - 1909. Terminados ésta, sin declinar en los esfuerzos por darle una buena educación a su único hijo, la abnegada madre lo inscribe en el Colegio Federal de Varones, aquel instituto surgido de las cenizas de la primera Universidad del Zulia.
El colegio estaba integrado por un equipo de brillantes profesores: Dres. Marcial Hernández, Ramiro Antonio Parra, Candelario Oquendo, José Francisco Rincón, Leopoldo Sánchez, Rodolfo León Pérez, Don Octavio Hernández y bachilleres Carlos Luís Andrade y Rogelio Illarramendi. Con estos maestros estudio el joven Jesús Enrique Lossada hasta 1912 cuando recibió el grado de bachiller. Al hablar de sus compañeros de estudio en aquel colegio, el Dr. Carlos Montiel Molero: "En primer termino, figura Luís Enrique Lossada. Empezó escribiendo unos versos muy raros que, naturalmente, tenían que sorprender, salidos de aquel zagalejo a quien entonces veíase por los corredores del Colegio Nacional, todavía de pantalones a la rodilla, taciturno y con un ceño terrible. Tenía un múltiple talento y casi un afiebre de extremos estudios. He imaginado que debía llevar en su interior una asombrosa cantidad de aptitudes y de facultades, que en cada caso se revelan de este u otro modo semejante: Le sorprende un buen poeta y se da hacer lo mismo; que Fulano es cuentista, el también se da a hacer cuentos, etc. Así se explica que haya escrito poemas, comentados problemas filosóficos y dibujando muy ingeniosos cuentos que son cuadros del alma".
Su comportamiento, su amor al estudio y su disposición de continuar su preparación, le valieron el cargo de Bibliotecario del Colegio, lo que le permitía ayudarse en sus estudios superiores. Tuvo allí tiempo para ensayar los rumbos de la literatura y fundo en 1910, como vocero del Centro Científico de Estudiantes, del cual fue cofundador, una revista con el nombre de "Principios", en compañía de Candelario Reyes Medina, Carlos Montiel Molero, Tomas Eduardo León, Angel Francisco Brice, Pedro Pablo Guzmán y Miguel Gerónimo Ocando, y en la que colaboraban escritores que ya gozaban de algún prestigio intelectual, como Carmelo Ramírez, M.A. Fuenmayor Rivera y Ciro Nava.
Cuando salió de bachillerato, no pudo de inmediato continuar estudios científicos por encontrarse cerrada la Universidad del Zulia y por no permitir su estado económico trasladarse a Caracas o a Mérida. Pero, en 1917, se inscribió en la Universidad de los Andes, acogiéndose al recurso de permitírsele estudiar en Maracaibo, en privado y trasladarse cada año a Mérida a presentar los exámenes correspondientes. Así obtiene el título de Abogado de la República el día 3 de junio de 1921.
Su obra escrita. Su labor literaria se acentúa. Desde su revista "Principios" emprende un camino brillante. Buena parte de su obra esta dispersa en periódicos y revistas de dentro y fuera del país. Algunos de sus trabajos más sobresalientes, pueden refundirse así. En certamen promovido por el Centro Científico de Estudiantes, el 24 de octubre de 1911 obtiene su primer laudo "La Estrella de Oro" con un trabajo titulado "Es Dios la Naturaleza Misma o un Ser Distinto y Superior a Ella?". Este trabajo, editado en folleto por la Tipografía "El Propio Esfuerzo" en 1911, fue reeditado por el Instituto Zuliano de la Cultura en junio de 1978, con motivo de conmemorarse el trigésimo aniversario de su muerte. De suma importancia fue considerado su estudio sobre la existencia del alma, que presento como tesis de bachillerato con el titulo de "Estudios sobre la composición del hombre". En 1913 funda y fomenta la revista "Psiquis" y sostiene polémicas desde las columnas del diario marabino "Ecos del Zulia" sobre la libertad de pensamiento, que le llegan a causar problemas del índole política, hasta el punto de verse reducido a la cárcel por orden del entonces presidente regional, Gral. Gumersindo Méndez. Es entonces cuando escribe su obra "La Conquista de la Verdad". Los diarios y revistas del centro y fuera de la provincia acogen sus trabajos y, de 1915 a 1916, entra a formar parte de la redacción del diario "El Fonógrafo", bajo la jefatura del escritor José Rafael Pocaterra, con quién estrecha magnificas relaciones. En este año escribe su obra teatral, el drama "La Ley", que la Dirección de Cultura de LUZ edito en 1961. Esta obra para el teatro en tres actos y cuatro cuadros, en prosa, no llegó a ser montada en escena debido a que no venían a Maracaibo compañías dramáticas. En 1918 aparece su primer libro de versos "Madréporas", de corte revolucionario entre las nuevas tendencias literarias. En 1923, en el N° 10 de la revista "La Hora Literaria", de Hector Cuenca, el Dr. Lossada publica sus trabajos "Animada Vili", "El Profesor Panthomo" y "Un Crimen Romántico". En 1926 se pronuncia en la Sociedad Mutuo Auxilio en honor del poeta Udón Pérez. Un nuevo libro de versos aparece con el nombre de "El Reloj de los Girasoles", en 1927. En un folleto es recogido, con otros trabajos de la celebración del acto, el discurso pronunciado por el Dr. Lossada el 19 de diciembre de 1929 en el Consejo Municipal del Distrito Miranda, al ser colocado un retrato del Dr. José Antonio Chaves. En este mismo año, aparecen publicados los informes del juicio de nulidad del testamento de la señora Campos Belloso de Duvvaer. En 1930 publica "La Evolución Jurídica de Roma", su lección inaugural de la cátedra del Derecho Romano y su Historia dictada el 1° de octubre de citado año. En 1936 recoge en un folleto "El Colegio Federal de Maracaibo. La Universidad del Zulia. Réplica a algunas objeciones. Orientación de la actividad universitaria". En 1937, "Apuntaciones sobre el Proyecto de Ley Orgánica de Educación nacional". En este mismo año da a la estampa "Memoria y Cuenta que el Presidente del Consejo del Distrito Maracaibo presenta a la Asamblea Legislativa del estado en sus Sesiones Ordinarias de 1937". En 1938 edita su libro de cuentos "La Máquina de la Felicidad". En 1939 pública sus ensayos críticos "Grandes Líricos Zulianos. José Ramón Yepez Idelfonso Vásquez, Udon Pérez". En 1941se da a compilar los trabajos de su obra "Compendio de Filosofía" que la Dirección de Cultura de LUZ pública en 1961. En 1942 "Ofrenda Lírica en memoria de María Luisa Lossada en el 1° Aniversario de su muerte". En 1943, "Junto al Agua de la Alberca", en el 2° Aniversario de la muerte de su señora madre. En 1945 termina su obra "Torres de Babel", compuesta de traducciones en verso de poetas que escribieron en diferentes idiomas, libro que pone de manifiesto la capacidad de un hombre poseedor de los más variados conocimientos lingüísticos. esta obra fue editada por la Dirección de Cultura de LUZ en 1960, con prologo del Dr. Eduardo Mathyas Lossada. De 1945 a 1948, compila sus obras "Taracea", "Discursos y Conferencias", "Estudios Críticos e Históricos". Cuando lo sorprendió la muerte, en junio de 1948, estaba poniendo en orden su libro de versos, contentivo de alrededor de sesenta composiciones.
Acerca de su ágil como robusto talento, el Dr. Eduardo Mathyas Lossasa, dijo entre otras cosas: "Invento combinaciones de versos para formar novedosas estrofas. Escribía de un tirón un largo poema sin hacer casi enmendaduras, pues la mano corría a la zaga del rápido pensamiento a pesar de todo, lo hacía con letra clara. Poseía lo que llamó alguien "difícil felicidad". Cuando se editada 'Madréporas', hubo ocasiones en que le pedían a la imprenta material con urgencia, y como no lo tenía listo, poníase inmediatamente a escribir, y así salieron poemas de encargo que resultaron joyas, como 'Aguas Dormidas'. le gustaba mucho dejarlo todo para última hora, como si su musa fuese la apremiosa urgencia. Horas antes de pronunciar un discurso o una conferencia o de recitar un poema ante el público, no había hecho nada. De pronto, apremiado, se ponía a escribir, se absorbía de manera que no escuchaba lo que acontecía a su alrededor y salía disparado con las cuartillas frescas a presentarse ante el auditorio. No le gustaba someterse a un escritorio para escribir, lo hacía en cualquier parte, que de no tener, se hubiera echado en el suelo. La mayor parte de sus escritos los hizo sobre sus rodillas. Ordinariamente, se sentaba en una hamaca, cruzaba las piernas dentro apoyaba sobre la rodilla saliente una superficie lisa debajo de las cuartillas; escritas estas las dejaba caer sobre el piso. Le costaba más recogerlas y ordenarlas que escribirlas".
Algunos escritores han incurrido en errores al ubicarlo en determinadas generaciones literarias. unos en la generación de "Ariel", como aparece en el volumen 69 de la Revista Nacional de Cultura, de 1948: Lossada se inició diez años después de "Ariel". El diario caraqueño "El País", en su edición del 10 de octubre de 1948, lo ubica en la generación de "Seremos". El Dr. Lossada no perteneció a ninguna de estas dos promociones, sino a "Principios" y a "Psiquis", de 1912 y 1913, respectivamente.
Función docente. En 1916 renuncia al cargo de Bibliotecario, del Colegio Federal y entra en la docencia como maestro de enseñanza elemental privada. Allí demuestra su vocación y en 1917 es nombrado profesor de varias asignaturas de secundaria en el mismo colegio. La actividad, el cumplimiento y la capacidad demostrada en el ejercicio lo acreditan para ser llamado a reorganizar el instituto, que venía adoleciendo de trastornos múltiples; y se le designa Director en 1930. Conduce así el colegio con ejemplaridad hasta llevarlo a la categoría de liceo en 1936, prestándole siempre sus atenciones como profesor y doctor hasta el año 1946. En 1930, al ser creada la Escuela de Ciencias Políticas de Maracaibo, es nombrado el Dr. Lossada su primer Director, de la que, además, fue profesor de las cátedras de Derecho Romano y Derecho Civil, labor desempeñada hasta 1935, para volver a asumir la dirección en 1945, cuando pasó a asumir la Rectoría de la Universidad del Zulia, en su reapertura, cargo que desempeñó con toda lucidez hasta su muerte, ocurrida en 1948. Díjose de él: "... salía de una clase de filosofía para otra de álgebra; de una de literatura para otra de física o de mineralogía o para otra de idiomas o de Derecho Romano o Civil y sus discípulos pueden dar constancia de cómo era su exposición sobre los diversos temas: clara, precisa, sugerente".
Actividad profesional. Graduado en 1921, uno de sus primeros trabajos, como profesional, fue el célebre Juicio de Atraso Mercantil del Almacén New York, en el cual alcanzó el triunfo deseado. Otro no menos rotundo triunfo fue el alcanzado en el Juicio de Nulidad de Testamento de Mercedes Campos de Duwaer, juicio que duró siete años y para el cual se enfrentó a los mejores abogados del Zulia. También fue afortunada su gran reputación de abogado cuando intervino como apoderado de- \ mandante en el juicio por daños y perjuicios y daño moral de los cónyuges Moreno-Perozo, por la muerte de un hijo de éstos contra la Venezuela Power Company Limited. Tuvo la particularidad este juicio de ser el primero en que se reclamó en Venezuela el daño moral. El Dr. Lossada consiguió el pago de los daños aceptada plenamente la reclamación por daño moral. Muchos de los interesantes trabajos sobre jurisprudencia fueron publicados de por el Dr. Lossada en periódicos y revistas.
Cargos públicos. Mientras realizaba estudios de no desempeñó entre 1917 y 1921 el cargo de Juez de a Maracaibo. De 1923 hasta 1925, fue Juez de Primera en lo Civil y Mercantil en el Estado Zulia. Por aclamación fue, primero, Concejal y luego Presidente del Ayuntamiento marabino, entre 1936 y 1938. Allí realizó una admira de social: fundó escuelas, construyó concentraciones, se preocupó por los asuntos apremiantes del Distrito, etc., etc. En 1942 vuelve al Concejo Municipal y edita obras de autores zulianos, funda bibliotecas, mejora servicios y reconstruye parques; hace una labor magnífica con los escuálidos recursos del Municipio. De 1937 a 1940 fue Diputado por el Estado Zulia al Congreso Nacional. De 1945 a 1946 fue miembro de la Comisión Redactora en de la Constitución y del Estatuto Electoral. Del 46 al 47 fue Presidente del Consejo Supremo Electoral. En 1947, Diputado a la Constituyente, y en 1948, año de su sentida muerte, fue Senador por el Estado Zulia al Congreso Nacional. En la casa de las Leyes, su trabajo estuvo signado por los mejores fundamentos. Con respecto del Zulia, fue el Dr. Lossada quien redactó la representación elevada al Congreso Nacional en 1936, firmada por todos los sectores sociales, políticos y económicos de Maracaibo, para la reapertura de la Universidad del Zulia. De esas gestiones y de sus argumentos esgrimidos en el se de Cámaras, se logró el Decreto de 1936, de reapertura del Alma Mater zuliana, al que se le vino a dar cumplimiento en 10 años después.
Distinciones. El primer premio conquistado por el Dr. Lossada en el campo de la literatura fue "La Estrella de Oro" de octubre del año 1911, en concurso patrocinado por el Científico de Estudiantes con el tema de "¿Es Dios la Naturaleza Misma o un Ser Distinto y Superior a Ella?". Más adelante, el segundo alcanzado fue en los Juegos Florales de Cumaná, con un soneto titulado "El Arte", que aparece publicado en su poemario "Madréporas". Otro premio es obtenido en gallarda lid- en un certamen promovido por la República Argentina, con motivo del cincuentenario de la fundación de la ciudad de Bolívar, de aquella nación, en 1929, con un romance idílico Libertador, que denominó "El Escritorio de Seda". De 1934 a 1935, el Colegio de Abogados del Estado Zulia lo distingue como su Presidente, confiriéndole igual honor en 1941-42. En este mismo año fue condecorado con la Medalla de Instrucción. Y por Decreto de 28 de junio de 1976, emitido por el Gobernador regional, Dr. Omar Baralt Méndez, fue creado en su honor la “Orden al Mérito Dr. Jesús Enrique Lossada”, preciosa joya ésta que en la ocasión de cumplirse el trigésimo aniversario de su muerte, en 1978, otro Gobernador, el Ing. Guillermo Rincón Araujo, impuso, como un sincero homenaje del Ejecutivo del Estado Zulia, a un grupo de 23 personalidades zulianas, con méritos suficientes para recibir este honor.
También fue pintor. Esta disciplina, poco conocida del Dr. Jesús Enrique Lossada, se puso de manifiesto el 1° de octubre de 1948, cuando en el acto de conmemoración del segundo año de la reapertura de la Universidad del Zulia, fue abierta una exposición de cuadros al óleo; constituía ello un aspecto de la múltiple personalidad del ilustre maestro. El Dr. Eduardo Mathyas Lossada, nos decía en aquella ocasión, que el Dr. Lossada le daba poca importancia a esa disposición de su espíritu, que pintaba por inspiración repentina, después de haber él mismo preparado la tela y los bastidores, dos o tres cuadros diarios en un corto período de tiempo, y luego dejaba de ocuparse de pintar; que era un buen dibujante y, de haberlo querido o de haber tenido tiempo para dedicarse a la pintura, hubiera emprendido obras de aliento.
Librepensador. Se le tildó de librepensador porque no fue un crédulo ingenuo; pero, su obra es el más fiel espejo de que no fue un materialista; de que fue sí, un espiritualista no romántico. Tuvo un concepto muy elevado de lo que significaban las enseñanzas de Jesús de Nazareth. En ellas apreció tres virtudes: el bien, la confraternidad y la paz. Fue un intransigente frente a todo aquello que se apartaba de la bondad y del sentido humanitario. Si se le consideró un desafecto a la Iglesia, no así se le observó jamás combatiéndola. Imponente respeto mostraba cuando entraba al cuarto de su madre, todo un santuario, todo un altar formado con estampas religiosas. Se dijo de él que “detestó el espíritu absorbente, exclusivista, político o de dominio de las regiones, que abominó de la especulación teocrática sobre la ignorancia de los más y de los incautos; pero, la existencia de las mismas hasta en las tribus más atrasadas, más salvajes, la consideró como una prueba sociológica de que debe haber ese algo que la humanidad busca, no encuentra y no ha llegado a vislumbrar, sino por el anonadamiento de la razón en el éxtasis, el ensueño o el delirio; consideró, en una palabra, anticientífica, la afirmación de que detrás del sepulcro no hubiera nada”
Su pérdida es irreparable. Es irreparable porque los pueblos del orbe no producen con frecuencia este barro, esta calidad humana. Una imperiosa y heroica vocación intelectual desbordó su existencia. Una fecunda labor de lección magisterial dio a conocer en la cátedra. Fue insobornable su autoridad moral; con ella ejerció el supremo magisterio de la cultura.
El Dr. Jesús Enrique Lossada bajó a la tumba el día junio de 1948 en esta ciudad de Maracaibo. Cuando el cuerpo de este ilustre varón entró en las tenebrosidades del sepulcro, los muertos se alumbraron con la luz de su espíritu”. (Fuente:OLIVARES, Atenógenes (1988). Siluetas Ilustres del Zulia. Tomo I. Maracaibo, Venezuela. Universidad Rafael Urdaneta. p 107-116.Ubicación del documento: Centro de Investigación, Información y Documentación Histórica del Zulia (CIDHIZ)
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viernes, 17 de julio de 2009
ARTÍCULO. LOS GRANDES DE MARACAIBO. “DOCTOR JESUS ENRIQUE LOSSADA”
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