domingo, 16 de noviembre de 2008

ORACIÓN " UN MAGNIFICO CORAZÓN"

ORACIÓN "UN MAGNIFICO CORAZÓN"
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.
TOMADA DE SU VERSIÓN ORIGINAL MARTES 25 DE NOVIEMBRE DE 1997.
TRALADADA A LA RED EN DOMINGO 16 NOVIEMBRE DE 2008.



Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
DOMINGO 16 DE NOVIEMBRE DE 2008.
(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…" que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).



O R A C I Ó N

Sea el corazón de Jesús el centro de todas nuestras inspiraciones. Miremos con sentimiento de profunda gratitud el sublime misterio que poderosamente atrae el corazón de Jesús hacia su criatura. Admiremos con cuánta dignidad asumió nuestras mismas carnes, para vivir entre nosotros la miserable vida de la tierra. Recojamos todas las fuerzas del intelecto, para considerar dignamente el gran fervor y las dificultades de su apostolado. Para evocar los horrores de su pasión y de su martirio. Para adorar su sangre noblemente ofrendada hasta la última gota, para la redención del género humano. Y luego con fe humilde, con el mismo ardiente amor con el cual él nos envuelve y llama a nuestras almas, inclinemos ante sus pies nuestra impura frente. Quisiéramos que nuestra voz llegase a todos los pecadores, entrad en esta llaga donde todo es amor. Y no dejemos de implorar a Jesús las bendiciones para todos nosotros y rogar al señor que nos transforme enteramente en el. Cuan bello es su rostro y dulces sus ojos. Y que bueno es estar a su lado, en el monte de su gloria, allí debemos colocar todos nuestros deseos y nuestros afectos. Estamos sin tener méritos en los escalones del Tabor, firmemente resueltos a bien servir y amar su divina bondad. Recordemos que el corazón de Jesús nos ha llamado no solamente para que nos santifiquemos, sino también para que santifiquemos a los demás. Él quiere que le ayudemos a salvar almas. Amén y amén...


COMENTARIO

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Jesús un corazón hermoso y agradecido. El redentor, el salvador, el amigo que no falla. Y en esta conversación mañanera, nuevamente nos hemos colocado en la presencia del señor, le hemos adorado, bendecido, glorificado, le hemos dado las gracias por ese sacrificio limpio, puro, limpio, sin mancha, desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por su sangre derramada gota a gota, para liberarnos de nuestras ataduras, para limpiarnos de nuestros pecados. Gracias Jesús. Gracias señor Jesús porque en ti radica el secreto de todo, de la paz, del amor, de la justicia, de la solidaridad, de la caridad, de la comprensión, de la fuerza señor. Gracias Jesús porque en ti y por ti, nosotros hemos sido redimidos .Y en esta mañana hermano y hermana que me estás escuchando, no importa cuál sea tu situación, si es de alegría, con mayor razón debemos darle gracias al señor. Gracias a Jesús. Pero si es de enfermedad, de tristeza, de penuria, de calamidad, también vamos a darle las gracias al señor. Él sabe todo cuanto estamos pasando en esta vida y con seguridad nos tiene preparados algo mejor. Debemos tener confianza en el señor Jesús. El secreto de todo .Y también el secreto de todo, hermano y hermana que me escuchas, está en comprender el gran problema de la vida y la misión que a cada uno nos ha asignado el señor supremo. El problema de la vida lo conoces bien. Somos viajeros del tiempo que vamos camino a la eternidad. Dios nos ha dado a cada uno el tesoro inapreciable de la vida, encerrando en la cárcel de un cuerpo de barro, la realidad de un espíritu inmortal. Tu misión, que llamaríamos interna, no puede entonces ser otra que la de cuidar y hermosear tu alma, la de purificarla y aquilatarla y llenarla de los supremos encantos del amor divino. Tu misión externa, hermano y hermana, la debes deducir del medio ambiente en que te encuentras, del malestar social, familiar que a tu alrededor adviertas. De las necesidades morales, materiales, que palpes y de tus propias inclinaciones y actitudes para aliviar el mal de los demás, sea espiritual, religioso, moral o económico. Es necesario comprender las obligaciones que impone el imperioso precepto de Cristo, de amarnos los unos a los otros. No somos partículas sin cohesión dispersa y perdida en la sociedad, sin obligaciones sociales. Somos células vivas de una sociedad en marcha. No podemos despreocuparnos de su mejoramiento, ni de su bienestar, ya que éstos son resultado lógico de la colaboración de todo el organismo, de cada una de sus partes y de cada una de sus células. Tu misión como cristiano, hermano y hermana que nos estás escuchando, debe ser entonces el apostolado de la verdad y el bien, la irradiación de la luz y de la belleza, de la bondad y del amor, del divino evangelio de Jesús. Ánimo, gozo, alegría...





ETIQUETAS: células, organismo, partículas, dispersión, cohesión, miserable, barro, ataduras,


N O T A D E L A U T O R
AMIGOS Y AMIGAS, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- "DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO". ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.

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