domingo, 9 de noviembre de 2008

ARTÍCULO ¿ LA AUTOIMAGEN . . . INFLUYE EN NOSOTROS ?

Artículo ¿LA AUTOIMAGEN... INFLUYE EN NOSOTROS?

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.
LUNES 08 DE NOVIEMBRE DE 2008.

Leyendo el libro: " ¿CÓMO ALEJAR LA DEPRESIÓN LA TRISTE ESA Y EL MAL GENIO?", escrito por LE HAYE T. y SALESMAN E., encontré una información valiosa e importante relacionada con la auto imagen y los efectos y las consecuencias que la misma producen en nuestra personalidad, nuestra forma de conducirnos, en nuestras actitudes, en la toma de decisiones y en general con la forma de actuar nuestra. Es curioso, sorprendente y por demás insólito, el influjo que la autoimagen que elaboremos de nosotros mismos ejerce sobre todo los actos, procederes, habilidades, capacidades y talentos que poseemos y que se expresarán y ocuparán los tipos y formas que aquella autoimagen determine: si nuestra autoimagen es triste y lastimera, nuestro presente y nuestras acciones se moverán dentro de ese campo de tristeza y de lástima, no así, aquel que sea formado una autoimagen de optimismo de fe y de alegría, caso del cual el ambiente y la atmósfera que rodeará los actos de esta persona serán de esperanza de mucha alegría y de mucho éxito. La observación de la vida de otros y de su personalidad dará fe de lo que se acaba de expresar.

También puede decirse que de una autoimagen destructiva, enfermiza, débil se deriva el elemento determinante en una persona. Esta será también un ser humano con muchos complejos de inferioridad, proclives a la enfermedad, víctimas de un cansancio y de un hastío permanente debido a su poca fuerza y resistencia para vencer las adversidades de la vida. Ellos creen que no son fuertes, que son débiles, que jamás podrán enfrentar con éxito las dificultades, los problemas y los inconvenientes que la vida le presentará. Desde que el problema se le presenta ya están acabados, derrotados y eliminados. Su propia autoimagen los ha condicionado y dispuestos a fracasar. Si ellos hubiesen formado de sí mismos una autoimagen distinta, es decir: animosa, entusiasta, optimista, de esperanza y de fe e iniciativa, estarían favorablemente dispuestos a enfrentar cualquier problema, obstáculo o adversidad y con seguridad las vencerían y lograrían innumerables triunfos y éxitos. Pero transcribamos algunos fragmentos extraídos de ese libro:


“La inmensa mayoría de las personas que llegaron a consultar al psicólogo acerca de sus problemas de depresión y otras enfermedades, tienen un problema con su autoimagen y con su autoaprobación. En algunas épocas de nuestra vida, todos sin excepción tenemos que luchar contra el agudo rechazo. La mayoría de los individuos logran superar esas crisis pero nadie se ve libre de ellas.

Cada persona piensa en sí misma antes del desayuno, después del desayuno, y así sucesivamente hasta las diez y más de la noche al acostarse. Le interesa más una jaqueca que está sufriendo que en mil terremotos que sucedan en la Cochinchina. A los demás les interesa más su autoimagen, qué la muerte de usted o la mía. Y si hay alguien que se goza en la satisfacción feroz de andar pensando que nada vale y que para nada sirve, esa equivocada auto imagen le puede destrozar, a base de depresión. La psicología de la autoimagen dice que cada uno es gobernado y es dirigido hacia el fracaso o hacia el éxito, según la auto imagen que se haya formado, según sea la figura mental que uno tiene de sí mismo. "(LE HAYE T. y SALESMAN E. " ¿CÓMO ALEJAR LA DEPRESIÓN LA TRISTE ESA Y EL MAL GENIO?". Caracas. Venezuela. Editorial Torino. Junio 1997. Pág. 235)

En los siguientes párrafos y por considerarlo conveniente hemos seleccionado algunos fragmentos del libro que venimos comentando, en virtud de la importancia que tiene en relación con la creación de una imagen o mejor dicho una autoimagen positiva, optimista, cargada de fuerza y de mucha fe en cada uno de nosotros. Observemos pues lo que nos afirman estos autores:



"La sabiduría popular redactó esta frase sapientísima desde hace siglos: "SOMOS LO QUE CREEMOS SER", y esta otra también sabia: "LO QUE LOS DEMÁS PIENSAN DE MI NO ES NUNCA TAN IMPORTANTE COMO LO QUE YO OPINO DE MI MISMO". El famoso Kempis escribió un libro que tiene ya mas de 3000 ediciones y se llama " IMITACIÓN DE CRISTO" y allí dejó escrita esta frase memorable: " NO ERES MÁS PORQUE TE ALABEN NI ERES MENOS PORQUE TE CRITIQUEN . ERES LO QUE ERES ANTE DIOS Y ANTE TU CONCIENCIA. LO DEMÁS SERÁ SIEMPRE MERA APARIENCIA."

El Dr. Gordon célebre psiquiatra escribió: él no aceptar ser lo que uno mismo es, se ha convertido en la causa de infinidad de neurosis. No conozco personas tan infelices como las que no aceptan tener que ser lo que son. Hay cosas y situaciones y modos de ser que se pueden cambiar y mejorar, y hacemos muy bien en luchar por superarlas y mejorarlas. Pero hay otras, que ya no podemos cambiar, ni quitar de nuestra vida, y quien se encapricha en no aceptarlas cae irremediablemente en la depresión y en cualquier otra enfermedad.

Todo el mundo tiene una imagen de sí mismo, buena o mala. Pero sea cual fuere la imagen que tenemos de nosotros mismos, esa imagen afectará para bien o para mal nuestro comportamiento, nuestras actitudes, nuestra productividad y en definitiva ella será sumamente responsable de nuestros éxitos y de nuestra felicidad o infelicidad.

Si necesariamente voy a tener siempre delante de mí una autoimagen que guiará mi vida hacia el éxito o hacia el fracaso, hacia la alegría o hacia la tristeza, pues lo mejor será formarme una autoimagen placentera ,y no " una máscara de horror "que me atormente y me desanime. Usted y yo tenemos cualidades únicas. Somos irrepetibles. Cuando Dios nos creó, " rompió el molde". Había 300.000 millones posibles de ser, y uno de esos modos fuimos cada uno de nosotros. Nadie más repetirá nuestro modo exacto de ser. ¿POR QUÉ ENTONCES NO VIVIR ALEGRES POR ESTE NUESTRO MODO ÚNICO DE SER, EN VEZ DE ANDAR LAMENTÁNDONOS DE NO HABER SIDO HECHOS DE OTRO MODO DISTINTO? Cuidado no caigamos en una orgía de lamentaciones. A Jesucristo lo criticaban sin cesar y lo llegaron a llamar hasta " endemoniado". Pero el se alegraba pensando que su valor dependía de lo que era ante Dios y ante su conciencia, y no de las apariencias que los demás juzgaban tan injustamente. Y jamás se dejó vencer por el pesimismo o la depresión... Su auto imagen era justa y no pesimista."(LE HAYE T. y SALESMAN E. " ¿CÓMO ALEJAR LA DEPRESIÓN LA TRISTE ESA Y EL MAL GENIO?". Caracas. Venezuela. Editorial Torino. Junio 1997. Págs. 235 - 237)

En principio podemos colegir que en la vida real somos lo que creemos ser y no lo que somos en verdad. Como el ejemplo señalado por los autores anteriormente, es probable que usted sea una persona de cualidades físicas fuertes, que sea un fortachón, un hombre fornido y sin embargo cuando le toca hacer exhibición o utilización de esas fuerzas en alguna labor cotidiana, no lo hizo como se esperaba de usted, realmente no cumplió las expectativas. En este caso es casi cierto que su autoimagen haya sido formada de tal forma que usted se visualiza como alguien débil y poco hábil y dispuesto para las labores que exijan un gran esfuerzo físico. Usted definitivamente cree que no está dotado para realizar esfuerzos físicos en el manejo de asuntos cotidianos, aunque se vea en un espejo y su imagen aparezca allí como alguien realmente con mucha fuerza. Todo está en su mente y en el entramado construido por su mente, por sus pensamientos, pero son sus ideas que hacen posible que ustedes se visualice como alguien debilucho, alfeñique, sin fuerzas para acometer actividades de fuerza, que la exijan. Lo mismo sucede con las personas que deben realizar labores académicas o vinculadas con la inteligencia o el intelecto. Y no es que estemos afirmando que los trabajadores en los cuales predomina el esfuerzo físico en la labor que prestan, no fuere meritoria o importante o que por ese mismo hecho hubiera de calificárseles como ignorantes, mentecatos o indignos de cumplir otra actividad vinculada con aspectos meramente académicos o intelectuales. Lo que estamos afirmando es que también suele ocurrir en el campo de la academia, del aprendizaje en los diversos estadios de educación, bien sea primaria, secundaria, universitaria o de posgrado. Allí también las probabilidades de una mala autoimagen o propiamente dicho, de una autoimagen "poco colaboradora, entusiasta y animosa" en el sujeto que se ha propuesto lograr algunas metas académicas, con seguridad si está autoimagen negativa preexiste en aquel, resulta poco probable que el éxito acompañe a ese esfuerzo, a ese propósito y a ese deseo. Las personas exitosas suelen ser perseverantes, optimistas, cargados de mucha fe, de mucha esperanza y con una fuerza inusitada que ponen de relieve cada vez que la situaciones que les toca vivir se vuelvan más complicadas. He escuchado a alguno de mis estudiantes afirmar: "PROFESOR, YO MIENTRAS MÁS PRESIÓN TENGA FUNCIÓNO MEJOR, PUES PARECE QUE ESTE ES POSITIVO,ME ESTIMULA Y ME INSTA A HACER LAS COSAS MUCHO MEJORES". No obstante esto es la excepción, ya que los psicólogos, los sociólogos y profesionales vinculados a está temática coinciden en aseverar que la mejores condiciones para llegar al éxito y obtener mejores resultados requieren de un conjunto de condiciones relativas a la calma, a la quietud, al reposo, que son previas, necesarias e idóneas para la toma de decisiones, ellos afirman que nuestra mente en estado de calma, de tranquilidad y de quietud absoluta, permiten una valoración más compleja, más profunda y más integral, ergo le permitirá a la personas tomar decisiones, asumir actitudes y posiciones, desarrollar actos y conductas con un grado de aproximación mayor a lo productivo, a lo eficiente, a lo más benéfico, a lo más favorable, a lo más justo, a lo moral, a lo ético, y a los intereses trascendentales de la humanidad y del propio individuo.

Por otro lado - - - y este es mi criterio - - - no debemos o no deberíamos "trabajar, tomar decisiones y asumir posiciones, para el publico de gradería”. Con ello lo que se quiere afirmar es que lo más importante no es lo que los demás piensen o evalúen de ti. Por supuesto que ello no te da derecho a que puedas andar por las avenidas y calles de tu ciudad totalmente desnudo o que puedas incurrir en conductas anómicas y/o desviadas, sin que te hagas reo de algún tipo de sanción. A lo que me refiero es que lo importante es lo que hagas dentro del marco de la legalidad, de la moralidad, de la ética y de la espiritualidad, lo realices no para complacer las expectativas, gustos y deseos de los demás, puesto que estos tienen también sus intereses, sus propias ideas, sus propios proyectos, planes y metas en las que seguramente tu no estás. ¿Entonces por que y para que subordinar y someter nuestra autoimagen, nuestras metas, planes y logros al esquema, voluntad y modos sugeridos por terceros? Cada uno de nosotros, mal que bien, está dotado por Dios del libre albedrío, de raciocinio, del libre arbitrio y en consecuencia también dotado de capacidades, talentos, habilidades, destrezas e iniciativas que basta con que se desee desarrollarlas para obtener los éxitos y los triunfos que se esperan. De allí que es necesario que nos construyamos una autoimagen positiva, de gran iniciativa y de gran fuerza. En esto coadyuva acentuadamente nuestra creencia en Dios, nuestra fe y nuestra perseverancia. Recuerde que Dios nos hizo a su imagen y semejanza y que puso a toda la creación bajo nuestros pies, para que la sometiéramos, para someter a los animales, a las plantas, a la tierra misma, y a cualquier fuerza que haya que dominar y vencer. Cuando se tiene a Dios en el corazón, todo lo que hagamos o pensemos hacer ,aunque pudiera ser que no lo lográramos, por lo menos contaremos con una gran fuerza, una gran esperanza y una gran fe en lograr esa meta. Y aquí también es muy importante recordar que no todas las metas pueden lograrse, ya que algunas de las metas que nosotros nos trazamos a la larga pudieran no ser convenientes ni benéficas ni satisfactorias para nosotros, para nuestra familia y para la humanidad. Y como Dios conoce el pasado, el presente y el futuro, el con esa infinita sabiduría no dejará que nosotros realicemos algunas meta o conquistemos algún objetivo, aunque se hubiese desplegado toda la fuerza necesaria para su logro, porque Dios sabe que una vez lograda la misma nos acarreará inconvenientes, problemas y dificultades que nosotros no vemos en el presente, pero que Dios si puede verlas y por ello crea condiciones para que no las conquistemos. Dios tiene para ti y para mí un proyecto de salvación dentro del cual existen acciones que debemos cumplir, pero también omisiones que son necesarias para mantener el equilibrio de las cosas, de la personas, de la situaciones y su coherencia y ajuste con ese plan o proyecto divino de salvación para cada uno de los seres humanos.

Esa autoimagen nos va a guiar hacia el éxito o hacia el fracaso dependiendo de los contenidos que aquella autoimagen posea. Es inevitable afirmar que los contenidos dependen en principio de nosotros mismos, de nuestras condiciones éticas, morales, espirituales y de otra naturaleza, dependen también de nuestras capacidades y talentos, de nuestras potencialidades y destrezas, de nuestras debilidades y fortalezas. Pero también dependen de nuestro deseo de superarnos, de destacarnos en la actividad o servicio que hemos escogido desempeñar. Poco importa la profesión, el trabajo, el servicio que uno presta. Lo importante es sentirse gusto con ese trabajo y realizarlo de manera alegre, con gusto y desarrollarlo de manera eficiente. Tratando siempre de ser, sino el mejor, por lo menos estar dentro de los mejores. Hace muchos años aprendí de uno de mis brillantes profesores que si uno va a ser un soldado, trate de ser el mejor soldado. Si va a ser un electricista, trate de ser el mejor electricista. Pero si usted ha escogido el camino malo entonces, si va a ser una prostituta, trate de ser la mejor prostituta, si va a ser un ladrón o un pícaro, trate de ser el mejor ladrón o el mejor pícaro. Por supuesto que no estamos de acuerdo con lo último expresado por nuestro profesor, porque no hay buenos ladrones, ni buenos pícaros, ni buenas prostitutas, solamente hay - - - en este ejemplo - - - prostitutas, ladrones y pícaros. Aunque en descargo del profesor, debo decir que la exageración era una de las características de su muy particular forma de explicar o de dictar magistralmente una clase. El centro del mensaje de ese profesor es que en todo lo que hagamos debemos de tratar de dar lo mejor de nosotros, de realizar no la labor, si no una excelente labor, no un trabajo si no un excelente trabajo, no el cumplimiento de una meta si no el cumplimiento de una gran meta.



En los párrafos que suceden se pueden precisar y determinar con bastante claridad algunas afirmaciones que revisten no solamente la importancia de esos contenidos si no la certeza que barniza los mismos. Allí se expresa que los pensamientos producen sentimientos y los sentimientos generan acciones. Ya en algunos otros artículos he comentado estas aristas del tema. Sin embargo repetiré que los hechos o conductas protagonizados por nosotros, tuvieron su inicio, su origen ,primeramente en nuestra mente en la cual aparecieron como un pensamiento, para luego adoptar la forma de una idea estructurada, luego esa idea estructurada comenzó a germinar y a producir sentimientos los cuales se van traduciendo en hechos concretos, en hechos objetivos, en tanto y en cuanto esos sentimientos se involucren en nuestros deseos ,que son los que motivan, influyen, instan e inciden sobre nuestras conductas, actitudes, reacciones, modos de ser y proceder, así como en las características que integran nuestra personalidad. Pero dejemos que T.Le Haye y E. Salesman nos digan:


“Los pensamiento producen sentimientos, los sentimientos llevan a ejecutar acciones. Si el pensamiento que tenemos acerca de nuestra autoimagen es positivo, los sentimientos que nos llegarán serán también positivos y ellos nos llevaran a ejecutar acciones verdaderamente valiosas. Pero si los pensamientos acerca de nuestra autoimagen son negativos y pesimistas, también llegarán sentimientos negativos y nuestras obras van a resultar muy enclenques y defectuosas.

El que tiene una imagen de confianza en sí mismo, rendirá al máximo de su capacidad, pero el que tiene una imagen insegura y falta de confianza en el mismo, rendirá muchísimo menos. De ahí se explica el porque muchos con menos cualidades y capacidades obtienen mayores triunfos que otros llenos de cualidades y con grandes capacidades para triunfar, pero pesimistas y sin imagen confiada de sí mismos. Es que los primeros tenían una auto imagen positiva y los otros no. Y si para triunfar sirve mucho el creer que sí podemos triunfar.

La auto imagen no se forma de una sola experiencia o a causa de unos pocos acontecimientos. Ella es fruto de muchos datos amontonados en la mente al cabo de años y años. Si la persona es inclinada a recordar solamente sus fracasos y sus horas negras y sus defectos y humillaciones, seguirán formando una autoimagen desastrosa, un verdadero retrato macabro que le llevará infaliblemente a la depresión o cualquier otra enfermedad.

A Roosevelt , el semiparalítico que llegó a ser presidente de la nación más rica de la tierra, el eslogan que lo llevó a no deprimirse y a llegar a grandes triunfos fue el siguiente: "me formaré una imagen triunfante de mi mismo. Una imagen alegre y no triste. Una imagen simpática y no antipática. Me creeré un triunfador y así llegaré a ser en verdad triunfador”. Y en verdad que lo llegó a ser, pero lo animaba su autoimagen totalmente positiva y animadora.

La imagen puede provenir de nuestro temperamento. Claro está que nuestra autoimagen dependerá en mucho le nuestro temperamento. Si tenemos un temperamento inclinado a la tristeza y a la depresión, tendremos también mucho mayor peligro de formarnos una autoimagen depresiva y desanimadora, que si nacimos en cambio con un temperamento despreocupado y con gran confianza en sí mismo.(LE HAYE T. y SALESMAN E. " ¿CÓMO ALEJAR LA DEPRESIÓN LA TRISTE ESA Y EL MAL GENIO?". Caracas. Venezuela. Editorial Torino. Junio 1997. Págs. 237 - 239).

Ya ha quedado escrito que la autoimagen no es producto de una sola información, de un solo pensamiento, de una sola idea. La autoimagen va componiéndose y recomponiéndose en la medida en que van apareciendo las experiencias, los conocimientos, las interrelaciones con otras personas, los sentimientos que van dejando las diferentes situaciones alegres o tristes, de derrota ,de triunfo, que la vida nos va presentando. Tiene que ver también con nuestras propias tragedias, con nuestras propias circunstancias, con nuestras esperanzas, con nuestras expectativas, con nuestras limitaciones, con nuestras capacidades, con nuestros talentos, con nuestra confianza, con nuestra fe y perseverancia. No existe una fórmula única para construirse una autoimagen y es bien claro que la dinámica social, la dinámica propia del entorno del sujeto hará lo propio para inducirla, para influir en ella, para determinarla.

Siempre contaremos con la oportunidad de poder modificar nuestra auto imagen y en ello participan factores que van desde los fracasos iníciales hasta los triunfos obtenidos. La explicación radica en que probablemente los primeros fracasos pueden conducir a una persona a reflexionar sobre las causas del fracaso, de la conveniencia o no de mantener los planes, metas, proyectos y objetivos iníciales. Bien porque esos propósitos iníciales no estaban conformes absolutamente con los deseos de su propulsor o simplemente no se adecuaban a las capacidades y talentos de quien los deseaba. De tal manera que se pueden producir cambios en esa autoimagen para bien o para mal. En el otro extremo están los exitosos que no obstante haber obtenido triunfos iníciales, sin embargo no están a la altura de sus expectativas y por ello deciden cambiar sus metas en orden a la consecución de otras de mayor jerarquía, de mayor reconocimiento social o simplemente para cumplir los deseos del ego. En este caso también se podrá modificar esa autoimagen ajustándola a la nueva estructura contentiva de los nuevos propósitos y planes, lo que generará sin duda grandes transformaciones, cambios y alteraciones en los patrones de conducta de la persona. Como podrá ver el lector no resulta tan fácil ni la construcción de la auto imagen ni mucho menos su modificación transformación. Son ésas las razones por las cuales la mayoría de la personas no son exitosas, ni triunfadoras, ni prósperas. A pesar de las investigaciones de los autores del libro en comentario, me atrevo a decir que cualquier persona puede ser exitosa, tener prosperidad, ascenso social, y poseer niveles excelentes de cultura. Para ello aunque si bien es importante el aspecto psíquico, cristiano católico, para mí aquella faceta es secundaria frente al gran poder de Dios. Recordemos que la palabra del señor nos enseña: " todo lo puedo en Cristo que me fortalece" está enseñanza bíblica es más importante, de mayor fuerza y de mayor determinación que todo lo que se expuso anteriormente. Para Dios no hay nadie imposible. Por eso hermano y hermana, no importa si tienes problemas con el aprendizaje, no importa si tienes problemas de discapacidad, la importa si tienes problemas económicos, no importa si tienes problemas de enfermedad, no importa cualquier problema que tengas: " solamente Dios basta”. Y no es que esté desconociendo el resultado de las investigaciones científicas, pero reitero que " la sabiduría de los hombres es necedad a los ojos de Dios”. Le concedo a esa investigación el valor que la ciencia le da, pero ningún valor es mayor que Dios.

El tema de la educación es de gran importancia no solamente para la problemática en la que estamos reflexionando si no para todos los aspectos de la existencia humana. Pero circunscribiéndonos al aspecto de la creación de nuestra propia autoimagen, ha de concluirse que sin duda también ella está influida y determinada por la educación que hemos recibido. Por la calidad de los maestros y profesores que nos impartieron su enseñanza. Del mismo modo que los distintos contenidos programáticos de las diferentes materias que integraron nuestra estructura curricular así como los principios y postulados filosóficos en los cuales descansaron aquellos contenidos, pues es seguro que en los mismos tuvieron una participación decisiva en nuestros pensamientos como nuestras ideas y en los diversos modelos de vida, de conducta y de proyectos que inspiraron nuestras inquietudes en los primeros años de nuestra existencia, luego en la adolescencia y de adultos en el aprendizaje universitario. Como se ve el asunto no es nada fácil y por el contrario más complejo de lo que muchos piensan. Lo que somos o lo que pudimos ser, tiene sus orígenes en una multiplicidad variopinta de elementos y factores que al entremezclarse originaron a su vez categorías intermedias en la formación de esa autoimagen. Dejemos entonces que los autores señalados ofrezcan la siguiente información:






"LA AUTO IMAGEN DEPENDE MUCHO DE LA EDUCACIÓN RECIBIDA.

Si tuvimos la desdicha de ser educados por personas que nos vivían regañando a toda ahora, gentes demasiado críticas que encontraban más gozo en censurar que en felicitar, y que verían en nosotros más capacidades para fracasar que para triunfar, esa influencia perniciosa puede haber hecho que nos hayamos formado una autoimagen derrotista y que hayamos adquirido una inclinación enfermiza al imaginar los que para nosotros se hicieron en mayor proporción lo fracasos que los triunfos, lo cual es una equivocación y una mentira tan garrafal que no puede haber sido inventada sino en el infierno, y por el diablo que según la Biblia es el padre de toda la mentira. Esta horrible mentira daña la autoimagen hasta de los más optimistas. En cambio si tuvimos la dicha de ser educados por gentes comprensivas y animadoras que sabían que en educación lo que más se necesita es estímulo, y que un "tú puedes más" es muchísimo más constructivo que un "no sirves para nada", y sí nos educaron personas que estaban convencidas de que la educación se forma en dos partes: 50% corrección y el otro 50% de animación, de felicitación y estímulo, y si fuimos educados por gentes que no fueron tacañas en animarnos y elogiarnos, entonces sí, aunque nuestro temperamento sea mas bien inclinado al pesimismo y a la tristeza, la buena educación recibida nos puede llevar a conseguir una autoimagen placentera y animadora, que nos empuje hacia el éxito y hacia la constante alegría.

Afortunadamente la autoimagen se puede ir corrigiendo y perfeccionando. Y eso es lo que pretendemos con este capitulo, que cada uno al convencerse de que su autoimagen gobierna su vida y de que "somos lo que creemos ser", se esmera por formarse una autoimagen positiva y alegre y no una mascarada horrenda que asuste y deprima.

Recordemos: si creemos que somos horribles e incapaces, eso es justamente lo que somos. No importa lo que los demás estén pensando, pues en nuestro modo de gobernarnos, dirigimos y comportarnos, lo que influye es lo que vivimos pensando de nosotros mismos. Y eso es lo que afecta nuestra productividad y hace que la vida se nos haga alegre o triste, animadora o tímida.(LE HAYE T. y SALESMAN E. " ¿CÓMO ALEJAR LA DEPRESIÓN LA TRISTE ESA Y EL MAL GENIO?". Caracas. Venezuela. Editorial Torino. Junio 1997. Págs. 239 - 240)


UN HOMBRE MEDIOCRE CON UNA AUTO IMAGEN EXCELENTE. ¿Y OTRO?

“Desde hace 30 años gozo de una santa amistad de un amigo que no recibió de la naturaleza ninguna cualidad que lo lleve a ser demasiado brillante. Casi tartamudea al hablar y su presencia no es un modelo de elegancia. De familia pobre, no hizo estudios especiales, ni ha ocupado ningún puesto de renombre y relumbrón. Pero este hombre ha llegado a los 77 años con una garbosidad en su porte y un modo de ser tan alegre y optimista que a ratos le siento una santa envidia. ¿Y cual es el secreto de este joven de 77 años? Que se ha formado una autoimagen de hombre alegre, simpático, triunfador y realizador. Y tal como es su autoimagen, así es su vida y su vitalidad. Y yo me pongo a compararlo con otro amigo que conozco el cual tiene apenas 45 años y ya parece un viejo de 80. Agachado más de lo debido a su edad. Lleno de más canas de las que se ven ordinariamente en un hombre de 50 años. Cara envejecida. Ojos apagados. ¿Y cual podrá ser la causa de una vejez tan prematura? También su autoimagen. Se ha formado una imagen de sí mismo como de un hombre al cual nadie lo quiere y todos desprecian. Se imagina que sus cualidades no son las suficientes y que no nació para nada importante, y tal cual es su autoimagen, así es su propia vida: achiquitada, triste ,infeliz “ .(LE HAYE T. y SALESMAN E. " ¿CÓMO ALEJAR LA DEPRESIÓN LA TRISTE ESA Y EL MAL GENIO?". Caracas. Venezuela. Editorial Torino. Junio 1997. Pág. 241)

No hemos pretendido con el comentario efectuado sobre el libro: como alejar a la depresión la tristeza y el mal genio." poseer la verdad absoluta sobre esta delicada realidad. simplemente, como cristianos, como católicos, como ciudadanos, como seres humanos y en cumplimiento de nuestra misión de tratar de caminar los senderos justos, rectos y morales, de llevar a la consideración del público lector estos importantes temas, los cuales siempre requieren del auxilio de los especialistas y por ello guardo siempre el cuidado sumo de colacionar la mejor doctrina, la mejor tesis, las opiniones de los expertos y por supuesto la opinión y designios del que nunca falla, del que nunca se equivoca, del que todo lo hace perfecto: si, de nuestro buen Dios. Espero que estas reflexiones sirvan de alguna utilidad para quien tenga a bien leerlas, asimilarlas y ponerlas en práctica. Con ayuda de Dios y con la intercesión de nuestra virgen madre María, madre de Dios y madre nuestra, lograremos cualquier cosa que nos propongamos, siempre que tales propósitos sean coherentes con la palabra de Dos. Animo, gozo, alegría.


ETIQUETAS: naturaleza, envejecidos, apagados, regaños, relumbrón, mascara, horrenda, destrezas, fortalezas,
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