ORACIÓN“RECHAZAR LA VIDA MUNDANA”
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED JUEVES 27 AGOSTO DE 2009.
O R A C I Ó N
Señor Jesús amo la vida que me diste, pero mas amo la vida eterna que tu prometiste para quienes cumplen tus mandatos, no permitas que olvide el pasaje de la escritura en la que nos explicas el valor de rechazar las prácticas mundanas. Recuérdanos lo que tu le dijiste a tus discípulos: En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. Amen y amen… (Fragmentos del Evangelio según San Juan, capítulo 12)
C O M E N T A R I O
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Es sumamente difícil rechazar la vida material, la vida que nos sugiere el mundo. Ello, por demás es obvio, si precisamos la naturaleza del ser humano, que no obstante ser una criatura creada a imagen y semejanza de Dios, posee libre arbitrio, libertad de elegir su propia vida y tomar sus propias decisiones, respecto a su presente y su futuro. El mundo nos ofrece el oropel de infinitas emociones, vinculadas con la obtención de fortuna y riqueza, de tener y ejercer poder sobre los demás, de la satisfacción de las necesidades referidas a los aspectos sensoriales, a la satisfacción de las bajas pasiones y en general al cumplimiento de metas individualistas relativas a la práctica del sexo desenfrenado, del adulterio, la vanidad, el egoísmo, la avaricia, la ruindad, el maniqueísmo, la prepotencia, la soberbia, el fraude, el engaño y todas la demás actitudes que tienen como cuna el lado oscuro del ser humano. Por ello, aunque nuestras debilidades de la carne, nos vulneren y nos hagan pensar que son buenas y convenientes "las cosas mundanas", es necesario recordar siempre, que aquel que ama la vida y en función de ella trabaja, para la obtención de los bienes que el mundo ofrece, está vida la perderá. La explicación estriba, tal y como Jesús nos enseñó, en que los bienes y demás satisfacciones del mundo son efímeros, pasajeros, no duraderos, y en consecuencia corruptibles. En contraposición la palabra del señor nos ofrece los verdaderos bienes que no se corrompen, que son eternos, son los bienes vinculados a nuestra esencia espiritual, son los bienes celestiales, los bienes que disfrutaremos en el reino de los cielos en donde ni la polilla ni el polvo los corroen. No debemos entonces trabajar exclusivamente para los bienes del mundo, es mil veces preferible rechazar las prácticas mundanas y aceptar de manera incondicional y absoluta, la vida productiva de quien le sirve a Jesús, y odia la vida mundana. Aunque nos canse escucharlo, vivimos en el mundo... pero no pertenecemos a él, somos ciudadanos del reino de los cielos. Animo, gozo, alegría...
jueves, 27 de agosto de 2009
ORACIÓN“RECHAZAR LA VIDA MUNDANA”
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