ORACIÓN. "DIOS,…OLVIDA Y PERDONA MIS PECADOS”

ORACIÓN. "DIOS,…OLVIDA Y PERDONA MIS PECADOS”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO-ESTADO-ZULIA-VENEZUELA-AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED: LUNES 10 DE AGOSTO DE 2009

O R A C I Ó N


A ti, Señor, elevo mi alma, Dios mío, yo pongo en ti mi confianza;
¡que no tenga que avergonzarme ni se rían de mí mis enemigos!
Ninguno de los que esperan en ti tendrá que avergonzarse: se avergonzarán los que traicionan en vano. Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador, y yo espero en ti todo el día. Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos. No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud: por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad. El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres. Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad, para los que observan los preceptos de su alianza.¡Por el honor de tu Nombre, Señor, perdona mi culpa, aunque es muy grande!.Amen amen…( Fragmentos del Salmo 25b)



C O M E N T A R I O.

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)




Buscar la presencia de Dios es reconocer que nuestras decisiones nuestra vida necesitan de su orientación y de su amor. A través de la oración transcrita hemos solicitado al señor su olvido respecto de nuestros pecados, de nuestras errátiles conductas, de nuestras acciones y omisiones. La vergüenza ha llegado a mi vida y con ella los pensamientos de culpa, de temor y de desesperanza. La sociedad, mi entorno y el grupo de personas con las cuales me interrelaciono, me condenan, me ponen en evidencia, me someten al escarnio y me excluyen. Pero tu señor Jesús eres lento a la cólera y rico en misericordia y piedad. Por tu caridad te pido mi señor me muestres el camino del arrepentimiento, de la reconciliación, del amor al prójimo y del amor a ti. Haz señor que mis culpas y mis pecados no sean tomados en cuenta por ti. La presencia de nuestro señor Jesús y su sacrificio en la Cruz, su sangre derramada en ella, limpió todas nuestras culpas y malas acciones. Sé también que no basta únicamente creer en Jesús para que seamos salvos y que es necesario además del arrepentimiento, no volver a incurrir en los mismos errores que nos llevaron a pedir tu absolución. Por eso concedemos abundantes y suficientes fuerzas para derrotar nuestros deseos impuros, nuestras tentaciones, nuestras debilidades y mantenernos firmes en la fe y con la seguridad de que tú estás siempre con nosotros para evitar caer nuevamente. Gracias señor Jesús por haber condonado todas nuestras culpas. Cuando Dios perdona no recuerda más aquello desagradable con lo que le ofendimos, cancelando todo y ofreciéndonos una nueva oportunidad. Ánimo, gozo, alegría...



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