ORACIÓN " QUE DULCE SENTIR MI NOMBRE EN TUS LABIOS "

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ORACIÓN "QUE DULCE SENTIR MI NOMBRE EN TUS LABIOS"

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.
TOMADA DE SU VERSIÓN ORIGINAL MIERCOLES 28 DE AGOSTO DE 1997.
TRALADADA A LA RED EN VIERNES 02 DICIEMBRE DE 2008.
Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
VIERNES 02 DE DICIEMBRE DE 2008.

(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…" que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).



O R A C I Ó N

Oh luz divina del alba despiértame el pensamiento y hazme sentir la alegría de este nuevo testamento. Mi vida consagra a Cristo y lo vuelve sacramento. Gócense señor mis ojos y muérame de contento. Vivo en ti y por ti soy. Tu eres Jesús uno con el padre, el espíritu de amor te manifiesta, Dios Santo, digno de gloria y honor. Y tu me dices en serio que dentro de ti, estoy yo .Y que por gracia de tu gracia soy en ti criatura hecha a imagen y semejanza del padre. Quiero resucitar contigo mi señor. Tu que has vencido la muerte y viste carne transformada. Eres señor resucitado, vencedor de la cruz y de su infamia. No hay muerte. Todo es gracia y vida. Todo tiene sentido y alborada. Bautízame en tu fuente y hazme testigo de tu Pascua. Que dulce sentir mi nombre en tus labios. Tu señor, pronuncias mi nombre y despiertas rosales de alegría en el jardín de mi alma. Sentirme amado por ti es fiesta de resurrección en mi sangre. Amanece el día y soy Pascua de tu amor. Amén y amén...



COMENTARIO

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Cuando dialogamos con el señor y nos colocamos delante de su divina presencia, nos sentimos profundamente conmovidos, porque el señor ha pronunciado nuestro nombre. El nos conoce y por su gracia, nuestro ser y nuestra mente, todo nuestro espíritu se llenan de torrentes de paz ,de amor, de una intensa calma, de una paz interior. Pero también en este diálogo hermano y hermana que me escuchas, le hemos pedido también al señor, le hemos requerido resucitar con el .Y también bautizarnos en su fuente de santidad. Y está fuente de santidad incluye por parte de nosotros, que somos sus criaturas, un conjunto de actitudes que debemos desarrollar en nuestra vida, en este paso momentáneo por la vida terrenal. De la misma manera que nosotros honramos al padre, al padre celestial, también debemos honrar a nuestro padre. Es palabra del señor el honrar al padre y a la madre, y muy particularmente en estos días difíciles, en los cuales hemos perdido el respeto por los mayores, hemos perdido el respeto por nuestros padres. Dios padre mío y un poco o madre también, nos pides que honremos,que demos honor a nuestros padres y es un buen mandato que nos recuerda la ley natural ,que tu hijo elevaría a nivel de caridad. Cuántas veces cuando pequeño los olvidé en la honra que les debía y que ellos necesitaban. Cuántos gritos, insultos y palabras destempladas, cuántas desobediencias y faltas de filiación. Ahora cuando los años han pasado, también han pasado los caprichos de aquel niño. Pero señor, mucho me falta en este deber filial de considerarlos y de honrarlos y de recordarlos. Muchas veces me molesta y los considero como una traba para mi libertad, un estorbo para mis proyectos y para los planes de mi familia. Me molestan, aun para una cosa banal como es pasar tranquilo mis vacaciones, entrecomillas, .Ya los años han pasado y mis padres están enfermos y achacosos. Pero lo que sí recuerdo muy bien, son mis remordimientos juveniles, cuando no los honraba. Y mis arrepentimientos grandes y pequeños, cuando les causaba pena. Dios padre mío, dame un corazón filial, mis padres ocupan tu lugar en el hogar y aunque pasen los años no dejaremos nunca de ser sus hijos. Más aún cuando pasan los años, hay nuevo motivo de respeto: su debilidad, sus canas, la cercanía de sus últimos días cuando nosotros los perderemos, para que tú los ganes definitivamente. Has que tu mandamiento señor, de honrar al padre y a la madre cale muy hondo en nuestro corazón. Mal podría honrarte a ti como padre, sino soy capaz de honrar a mis padres pequeños en lo cotidiano de cada minuto. Hazme feliz, si los hago felices. Ánimo, gozo, alegría...






ETIQUETAS: mi nombre, en tus labios, pronunciar, canas, achaques, enfermedades, debilidades,


N O T A D E L A U T O R
AMIGOS Y AMIGAS, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- "DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO". ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.