domingo, 16 de marzo de 2008

Un testimonio para la mujer.

Por Prof. Dr. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.

Domingo 16 de Marzo de 2008, 01 y 25 a.m.

Maracaibo - Estado Zulia - República Bolivariana de Venezuela - América del Sur.


Hoy viernes a los catorce días del mes de marzo del año dos mil ocho me dispongo a expresar en pocas palabras mi testimonio y ofrenda a todas la mujeres del mundo , primeramente por haberse celebrado el día ocho de marzo del presente año un día más del llamado día internacional de la mujer , aunque discrepando de ello, día de la mujer son todos los días del año y de todos los años y de toda la historia, en segundo término porque la mujer es fuente de vida, centro de la vida misma y ser imprescindible para el mantenimiento del la especie y reivindicación de su importante función en la misión creadora de Dios. Este artículo lo dedico especialmente a mi esposa Nuri Morales de González Fuenmayor, quien por espacio de cuarenta años ha estado a mi lado, primero como novia compartiendo nuestra juventud durante nueve años y treinta y uno de casados : que suman cuarenta. Treinta y un años de vida matrimonial en las que me ha amado y la he amado, tal como dice la palabra del Señor: de manera incondicional con un amor de entrega y sacrificio. Ella ha sido y es de alguna manera mi vara y mi cayado en el que me he apoyado para apuntalar y tomar fuerzas cuando me dispongo al cumplimiento de los retos que me he impuesto y en las dificultades tragedias, tribulaciones que la vida ha colocado en mi camino. A ella mi agradecimiento eterno y a Dios por haberme permitido tenerla como acompañante, como complemento, como esposa…

Estas reflexiones no pretenden convertirse en una pieza literaria, simplemente son el testimonio de un hombre para honrar las actitudes, valores, conductas, sentimientos y afectos de la mujer como criatura creada por Dios. Testimonio que les brindo en franco agradecimiento por su auxilio, ayuda, solidaridad, complementariedad, fuerza y amor a sus hijos, sus padres, a su esposo, a la humanidad especialmente su amor infinito a Dios. Este último aspecto reflejado honrosamente en la persona de la virgen madre María, madre de Dios y madre nuestra. María reivindicadora de la mujer. María quien por su Inmaculada vida, por su afirmación a la pregunta de Dios a través del angel, por su concepción divina, por llevar en el vientre a nuestro Señor Jesús, hijo de Dios y hermano nuestro.

Hasta la aparición de María en la historia, las mujeres vivieron períodos de abuso, violencia, discriminación y ostracismo. Hoy el escenario es otro. Se ha reivindicado el nombre de la mujer. Se ha venido colocando en el lugar que le corresponde: como co-protagonista en compañía del hombre en las acciones y hechos trascendentales de la humanidad. Se le ha reconocido finalmente su extraordinario valor y sus talentos, dones, capacidades e inteligencia para poder realizar, agenciar y lograr todo lo que el hombre ha venido haciendo en los períodos anteriores a la presente fecha y los que hoy realiza, y de seguro en las luchas que emprenda con la mujer como su aliada que es y seguirá siéndolo en el futuro .

Bendita seas mujer, gracias a ti el hombre no ha perecido. Gracias a ti la humanidad se perpetúa. Gracias a ti el amor no ha desaparecido, porque concibes en tu alma el manantial de ese amor que se refleje inicialmente en el hijo y que se proyecta a toda la humanidad pasando por el amor a los padres, a los hermanos, al esposo, al prójimo; pero fundamentalmente ese amor con el cual Dios te dotó, porque en modo alguno es fácil ejercer el papel de madre y al mismo tiempo de esposa, hija, hermana, ama de casa, profesional y ejemplo central de la familia, de la cual recibe su mayor respeto y su mayor afecto.

No existe paralelo alguno que nos permita comparar el sublime hito amoroso que es la mujer, con cualquier otra entidad, ser o cosa existente en este planeta Tierra o en cualquier otro planeta de este sistema solar o de cualquier otro, de esta galaxia o de cualquier otra galaxia, de este universo o de cualquier otro universo. Trémulo se exhibe nuestro ser y nuestro corazón frente al afecto y amor de una mujer. Bien se trate del amor maternal, filial, conyugal, cristiano, caritativo o de cualquier otra especie, el amor de la mujer es una especie de manto que al cubrirnos nos proporciona el perfume matutino de las rosas que le dan la bienvenida a los primeros rayos de luz que hiriendo la noche que muere le da paso al nuevo día qué a manera de nueva existencia, permitirá que enfrentemos el amanecer, el nuevo día y los avatares del diario comenzar y terminar nuestra vida en la entramada red de las situaciones que algunas veces no generan bien a nuestra existencia, pero que en otras, permiten que nos gocemos del privilegio de ser criaturas de Dios hechas a su imagen y semejanza , y de alegrarnos por el amor que Dios nos dispensa conjuntamente con el de la mujer, pues ambos constituyen la celestialidad de la emoción primera, del afecto primo naciente del que somos destinatarios.

De seguidas me permitiré transcribir el contenido de un extraordinario y hermoso mensaje que por vía electrónica recibí precisamente el día ocho de marzo del presente año, fecha en la cual se celebraba el día internacional de la mujer. Guardando siempre las fuentes, he colocado al final el lugar o sitio electrónico donde el lector podrá obtener mayor información. Ese hermosísimo mensaje se intitula alma de mujer, allí se los imprimo para que los disfrutemos y nos gocemos en el y con el.

ALMA DE MUJER

"Nada más paradójico que ser mujer: que piensa con el corazón, actúa por la emoción y vence por el amor
Que experimenta miles de emociones en un solo día y trasmite cada una de ellas en una sola mirada
Que anda buscando la perfección y vive tratando de buscar disculpas para los errores de aquéllos a quienes ama
Qué a su a sus hijos da las alas y enseña a volar pero no quiere verlo partir aún sabiendo que no son su propiedad
Que como alquimista transforma en luz y sonrisas los dolores que siente en el alma sólo para que nadie lo note
Y aún tiene fuerzas para dar consuelo a quienes se acercan a llorar sobre su hombro."

(Disponible en rocio@gmail.com o SIEMBRACONMIGO ROCIOFIGUERERO)

Gracias Dios porque creaste a la mujer que es; nuestra amiga, nuestra compañera, nuestra esposa, nuestro complemento, la mitad necesaria para poder vivir. Gracias Señor porque las hiciste .Gracias Señor porque les diste esa especie de sensibilidad acentuada que hace que esta vida con todas sus tragedias y tribulaciones valga la pena vivir porque ella es en cierta manera nuestra vara y nuestro cayado en la que nos apoyamos cuando desfallecemos o debemos continuar el camino. Ella concentra en sí misma la vida porque tú les entregaste ese don de concebir. Gracias Señor, porque la dotaste de la capacidad de entender y le has dado una resistencia más allá de toda prueba .Gracias Dios. Gracias mujer por existir: las amamos y pedimos para ustedes las bendiciones infinitas de nuestro creador y la santificación e intercesión de nuestra hermosa virgen madre María amén y amén

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