lunes, 10 de marzo de 2008

Oración: "Mi salud eres tú, Dios".

Por: Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor

Maracaibo-Estado Zulia-República de Venezuela-América del Sur.

Impresa el LUNES 10 de Marzo de 2008, 11 y 10 de la noche.

Tomada de su versión original del Martes 23 de Junio de 1998

Oración y Comentarios autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor

Maracaibo, 10 de Marzo de 2008

(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…” que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).

ORACIÓN

Señor Jesús te alabamos y te bendecimos y te damos gracias Señor en este mañana. Gracias Señor porque tu, eres nuestra protección. Tu eres nuestra alegría nuestra paz y nuestra salud. Mi estado natural es el estar bien, saludable y fuerte, porque así fui creado para ser. Desde lo profundo de ese ser, el constante fluir de la vida divina busca verterse a través de toda parte de mi cuerpo: renovándola y sanándola completamente .No abrigo pensamientos de preocupación ni temor porque se que ellos pueden rápidamente convertirse en sentimientos de tensión que impidan el fluir de la vida sanadora de Cristo en mi ser. La vida de Dios dentro de mí, es la que me sana y mantiene fuerte, estable, saludable y radiantemente vivo. Alabo el constante fluir de la vida divina que sana mi mente y mi cuerpo. Tomo tiempo para descansar en la vida, en esa vida de Dios. Gozarme en su vida y dejar que ella siga su curso perfecto a través de mí. La vida de Dios penetra mi ser, mi mente, mi espíritu, mi cuerpo restaurados y renovados. Sáname oh Señor y seré sano,. Sálvame y seré salvo: porque tú eres mi alabanza. Amén y amén

COMENTARIO

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Qué gratificante es conversar con el Señor situarnos en su santa presencia nos llena de un gozo indefinible, hermano y hermana radioyente, en esta mañana vamos a entregarle al Señor nuestra salud, nuestra pena y nuestra tristeza, en la seguridad de que El con su infinito poder nos va a sanar. Solamente basta que nosotros creamos, tengamos fe, que abramos nuestro corazón para permitir que la palabra del Señor se apodere de todo nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. La palabra de Dios es como una semilla que si cae en tierra fértil germinará, Abramos entonces la puerta de nuestro corazón, para darle paso al Rey de Reyes y Señor de señores, el conductor y guía que nunca se equivocará en la senda correcta que debemos caminar. Pero también es importante hermano y hermana radioyente en esta mañana, tomar algunas actitudes que son de alguna manera exitosas, para poder cumplir con nuestra misión en la vida. Por eso debemos conservar una actitud exitosa y victoriosa, Cuando encuentras una persona encorvada y triste, pierdes la confianza porque te das cuenta que está abatida y preparada para una derrota. No permitas que nadie piense eso de ti, marcha con la cabeza erguida y confiada y siempre sonriente y todos confiarán en ti. Irradia fuerza y entusiasmo hasta con las actitudes de tu cuerpo. No estés ansioso y preocupado, así evitarás molestias a tu cuerpo. La ansiedad es también un factor bioquímico que tiene influencia sobre las secreciones glandulares produciendo demasiada adrenalina que estimula exageradamente el sistema nervioso. De esto a una enfermedad, hermano y hermana radioyente: hay un solo paso. El nerviosismo perjudica fundamentalmente la salud, por lo tanto no vivas ansioso, haz constantemente afirmaciones positivas de salud. Permanece calmado y sereno. Pídele al Señor esa paz que no te da el mundo-- que es pasajera--. Pídele más bien esa paz permanente, esa paz duradera que solamente puede venir de un corazón amoroso, misericordioso y justo como lo es el Sagrado Corazón de Jesús. Tú, hermano y hermana que me escuchas, jamás estás abandonado, absolutamente. Un padre nunca abandona a su hijo... El viste de flores multicolores a las aves pequeñas, adorna la belleza y perfuma las flores y no deja morir de hambre a los insectos y a los pequeños gusanitos. Mucho menos el padre que está en los cielos va dejarte a ti abandonado en esa confusión, en esa enfermedad, en esa tristeza y en esa perturbación. Convéncete, no cae ni un solo cabello tu cabeza sin que el padre lo permita. Confía en el padre en el hijo en el espíritu santo y en compañía de nuestra virgen madre María y nunca estarás abandonado. Ánimo gozo, alegría.

NOTA DEL AUTOR

Amigos y amigas, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- “DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO”. ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.

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