viernes, 31 de octubre de 2008

LA NOTA CORTA ." NO PIERDA EL TIEMPO EN VENGARSE"

LA NOTA CORTA. "NO PIERDA TIEMPO EN VENGARSE"
POR PROF.DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.
VIERNES 31 DE OCTUBRE 2008.

Existe una expresión que quizás muchos de nosotros hemos escuchado y otros han repetido y los más osados o atrevidos han puesto en práctica. Tal expresión es: "LA VENGANZA ES UN PLATO CALIENTE QUE SE SIRVE FRÍO". Con ello lo que se quiere decir o significar es que el acto de venganza obedece a la ira, a la cólera, a la temperatura elevada que ocasiona en nuestra mente, en nuestro espíritu y en nuestra carne ,las ofensas, las lesiones, las agresiones y los abusos que en nuestra contra se cometen. También traduce la conducta de las víctimas, de los ofendidos, de los lesionados, de los afectados, en contra de aquellos que los han ofendido. La venganza generalmente está precedida por la premeditación, por la planificación, la ventaja, por el odio, por el ensañamiento, por la alevosía. En otras palabras el vengador generalmente es una persona llena de odio, al punto que planifica, programa, diseña y ejecuta actos para dañar a otra persona, sin importarle las consecuencias que sobre esa persona puedan concretarse, ni mucho menos le importa que esa consecuencias se proyecten hacia los familiares, amigos o el entorno de esa persona a quien o sobre quién se ejecutará la venganza. Es decir el vengador carece del más mínimo proceder o de la más mínima actitud de perdón, de misericordia o de piedad. El vengador es en definitiva la expresión "del ojo por ojo y del diente por diente" y el practicar este tipo de justicia, lo aleja del deber ser, lo aleja de lo que un buen cristiano debe practicar a diario y como un ejercicio de nuestra profesión de fe y como ejemplo de nuestra sociabilidad, de nuestra humanidad, de la esencia misma del ser y del hálito de amor y vida que Dios nos obsequió. En una palabra, el vengador es incapaz de, al menos observar y mucho menos cumplir el mandamiento del amor que Jesucristo nos trajo: " amarás al señor tu Dios con todas las fuerzas de tu corazón, de tu mente y de tu espíritu... y al prójimo, ti mismo". Cabría preguntarse... ¿Cómo podrá la persona vengadora o vengativa practicar el amor al prójimo, si ni siquiera es capaz de perdonar a quien le hizo daño? ¿Acaso es posible ser vengador o vengativo y al mismo tiempo ser cristiano o testigo auténtico de Cristo? Al lector le será fácil responder esas interrogantes. Por de pronto hay que aseverar que nunca la venganza arrojó frutos buenos. Cuando una persona ha sufrido algún daño y opta por la venganza, se desatan fuerzas violentas, agresivas, que se sabe cuando comienzan pero nunca se sabrá cuándo terminará. Por ello es necesario ejercer el perdón, la misericordia, la piedad, ya que de esta forma, no sólo cumplimos el mandato de Dios de perdonar a quien nos ofende, sino también nos sentiremos mucho mejor si dejamos actuar a Dios y le permitimos que nos libre del dolor que sufrimos, del vacío que nos deja la pérdida de un ser querido, del dolor por los daños---- cualquiera que éstos sean---- que nos han causado. Cuando le dejamos al señor la justicia que debe aplicarse en las situaciones en las cuales hemos sido víctimas y al mismo tiempo le rogamos a él que nos ayude a llevar nuestras cargas, nuestras penas y nuestros sufrimientos, en definitiva a que nos haga más liviana nuestra carga, seguramente la paz llegará a nuestro corazones y todos los sentimientos de venganza, de odio y de rencores desaparecerán, para darle paso al perdón y a la actitud y disposición de continuar nuestra vida, pues todo pasa excepto Dios. Además nunca debemos olvidar que nuestra vida no es más que un pequeño tránsito terrenal y que una vez que muramos partiremos hacia las mansiones celestiales que Dios nos tiene preparados para cada uno de nosotros y allí nos encontraremos todos, bajo la presencia hermosa y majestuosa de Dios.

A propósito de la venganza vayan estas líneas que seguro estoy ser muy útiles para las reflexiones que debemos desarrollar respecto del tema de la venganza:



NO VALE LA PENA VENGARSE NI PERDER TIEMPO EN ELLO

¿Una persona egoísta trató de aprovecharse de usted? Que le sirva esto de experiencia para tener más prudencia en el futuro, pero no trate de pagarle con la misma moneda porque redundaría en daños a usted mismo. El deseo de venganza atrae al cuerpo y al espíritu los mismos males, tan graves, para los que sufren de ira, de resentimiento o de odio. ¿Para qué acabar con su salud y su paz por tratar de amargarle la vida a otro? Dios dijo en la Biblia: "Mío es el castigo, y no cedo a otros el poder de tomar venganza". ¿O es que creemos que los que hacen el mal se van a quedar sin castigo divino? El salmo 74 dice bien claro: "El señor hará beber hasta la última gota de la copa de la amargura a los que se dedican a obrar mal". Cuando Jesús nos dijo "Perdonad 70 veces siete" nos estaba dando con este consejo una receta para no padecer de alta tensión sanguínea, palpitaciones y perturbaciones del corazón, jaquecas, úlceras y arrugas prematuras. Los médicos saben que si se quiere conservar el corazón sano y sin colapsos, es necesario evitar cualesquier sentimientos de venganza, porque éstos traen verdaderos debilitamientos cardíacos. Los sentimientos de venganza agotan el cerebro, debilitan el sistema nervioso, desfiguran el rostro y probablemente acortan la existencia. Nuestros enemigos quedarían felices si supieran todo lo que nosotros estamos perdiendo por estar pensando en planes de venganza. ¿Si ya los enemigos nos hicieron muchos males, para que debo aumentar esos males, rumiando en vengarnos, si sabemos que el deseo de venganza nos enferma y nos envejece antes de tiempo? (SALESMAN Eliezer,sdb. "CIEN FÓRMULAS PARA LLEGAR AL ÉXITO". Bogotá. Colombia. Ediciones Paulinas. 19ª edición/A. pág. 89- 90).


A MANERA DE CONCLUSIONES

El contenido de la transcripción realizada es elocuente. Mientras el vengador prepara su venganza, la acaricia, la sueña, la fortalece, su cuerpo, su mente, su espíritu, su corazón va acreciendo en odios, iracundia, agresividad, violencia. Estos sentimientos pueden somatizarse, tomar la forma de una enfermedad bien sea circulatoria, cardiovascular, de la piel, de las vías digestivas, cefaleas, dolores en general etc. De tal manera que ante el mal que nos ha hecho alguna persona, lo mejor es ofrecerle a Dios esos males así como el establecimiento de la responsabilidad de esa persona que nos lesionó, para que sea Dios con su criterio justo, verdadero y equitativo, quien en definitiva decida cuáles son las soluciones y correctivos que deben aplicarse. Demás está decirlo, el señor que nos conoce aún antes de haber nacido, sabrá lo que resulte más conveniente para nosotros, para el prójimo y para la humanidad. Así que a echar a un lado los sentimientos de venganza, de violencia y agresividad para darle paso a los sentimientos de perdón, de misericordia y de piedad, pues son estos últimos los que nos garantizan una vida cargada de paz, de tranquilidad, de sosiego, de alegría, de bienestar y de reconciliación con Dios, con nuestro prójimo y con la humanidad. Animo, gozo, alegría...

Etiquetas: vengarse, cefaleas, cardiovascular, somatizar, equitativo, palpitaciones, copa, salud, vengativo, rumiar

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias. La verdad por un momento llegué a pensar que mis deseos de venganza hacia una persona me llenaría más de odio, por lo cual decidí ceder...A pesar de que aún vea a esa persona y no olvide lo que me hizo, aun habiendo tomado la decisión de perdonarlo, trataré con la ayuda de Dios de olvidar su afrenta...