PABLO
VI, BEATO.CCLXII PAPA.AÑO 1978.FIESTA 06 DE AGOSTO. LA NOTA CORTA.-POR:
PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .MARACAIBO.ESTADO
ZULIA.VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED JUEVES 06 DE
FEBRERO DE 2015.
IMAGEN UNO:
PABLO VI, BEATO.CCLXII PAPA.AÑO 1978.FIESTA 06 DE AGOSTO.
IMAGEN DOS:
PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FJUENMAYOR…
“LA COSAS Y ASUNTOS DE DIOS, TIENEN SU JUSTO Y
OPORTUNO TIEMPO” PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FJUENMAYOR (MEGF) JUEVES 06 DE
AGOSTO DE 2015.
LA NOTA
CORTA.-“PABLO VI, BEATO.CCLXII PAPA.AÑO 1978.FIESTA 06
DE AGOSTO.
POR:
PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com
.
MARACAIBO.ESTADO
ZULIA.VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y
PUBLICADA EN LA RED JUEVES 06 DE FEBRERO DE 2015.
CCLXII Papa
Martirologio
Romano: En Castelgandolfo, Italia, Beato Pablo VI, en el siglo Giovanni
Battista Montini, Sumo Pontífice (†
1978)
Fecha
de Beatificación: 19 de octubre de 2014, por S.S. Francisco
Hijo de un
abogado y de una piadosa mujer, Giovanni Battista Montini nació en Concesio,
cerca de Brescia, el 26 de septiembre de 1897. Desde pequeño Giovanni se
caracterizó por una gran timidez, así como por un gran amor al estudio.
Acogiendo
la llamada sacerdotal, Giovanni ingresó a los 19 años al Seminario de Brescia.
Ordenado sacerdote del Señor el 29 de mayo de 1920, cuando tenía cumplidos 23
años, se dirigió a Roma para perfeccionar allí sus estudios teológicos.
Allí mismo
realizó estudios también en la academia pontificia de estudios diplomáticos y
en 1922 ingresó al servicio papal como miembro de la Secretaría de Estado. En
mayo de 1923 se le nombró secretario del Nuncio en Varsovia, cargo que por su
frágil salud tuvo que abandonar a finales del mismo año. De vuelta en Roma, y
trabajando nuevamente en la Secretaría de Estado de la Santa Sede, el padre
Montini dedicó gran parte de sus esfuerzos apostólicos al movimiento italiano
de estudiantes católicos (1924-1933), ejerciendo allí una importante labor
pastoral. En 1931, a sus 32 años, le era asignada la cátedra de Historia
Diplomática en la Academia Diplomática.
En 1937 fue
nombrado asistente del Cardenal Pacelli, quien por entonces se desempeñaba como
Secretario de Estado. En este puesto de servicio Monseñor Montini prestaría un
valioso apoyo en la ayuda que la Santa Sede brindó a numerosos refugiados y
presos de guerra.
Arzobispo y
cardenal preparando el Concilio Vaticano II En 1944, ya bajo el pontificado de
S.S. Pío XII, fue nombrado director de asuntos eclesiásticos internos, y ocho
años más tarde, Pro-secretario de Estado.
En 1954, el
Papa Pío XII lo nombró Arzobispo de Milán. El nuevo Arzobispo habría de
enfrentar muchos retos, siendo el más delicado de todos, los problemas sociales.
Entregándose con gran energía al cuidado de la grey que se le confiaba,
desarrolló un plan pastoral que tendría como puntos centrales la preocupación
por los problemas sociales, el acercamiento de los trabajadores industriales a
la Iglesia, y la renovación de la vida litúrgica. Por el respeto y la confianza
que supo ganarse por parte de la inmensa multitud de obreros, Montini sería
conocido como el "Arzobispo de los obreros".
En
diciembre de 1958 fue creado Cardenal por S.S. Juan XXIII quien, al mismo
tiempo, le otorgó un importante rol en la preparación del Concilio Vaticano II
al nombrarlo su asistente. Durante estos años previos al Concilio, el Cardenal
Montini realizó algunos viajes importantes: Estados Unidos (1960); Dublín
(1961); África (1962).
Sumo
Pontífice con apretado programa apostólico Su pontificado El Cardenal Montini
contaba con 66 años cuando fue elegido como sucesor del Pontífice Juan XXIII,
el 21 de junio de 1963, tomando el nombre de Pablo VI. Tres días antes de su
coronación, realizada el 30 de junio, el nuevo Papa daba a conocer a todos el
programa de su pontificado: su primer y principal esfuerzo se orientaba a la
culminación y puesta en marcha del gran Concilio, convocado e inaugurado por su
predecesor. Además de esto, el anuncio universal del Evangelio, el trabajo en
favor de la unidad de los cristianos y del diálogo con los no creyentes, la paz
y solidaridad en el orden social —esta vez a escala mundial—, merecerían su
especial preocupación pastoral.
En torno al
Concilio Vaticano II El Papa Pablo VI y el Concilio Vaticano II
El
pontificado de Pablo VI está profundamente vinculado al Concilio, tanto en su
desarrollo como en la inmediata aplicación.
En su
primera encíclica, la "programática" Ecclesiam suam, publicada en
1966 al finalizar la segunda sesión del Concilio, planteaba que eran tres los
caminos por los que el Espíritu le impulsaba a conducir a la Iglesia,
respondiendo a los "vientos de renovación" que desplegaban las
amplias velas de la barca de Pedro. Decía él mismo el día anterior a la
publicación de su encíclica Ecclesiam suam: El primer camino «es espiritual; se
refiere a la conciencia que la Iglesia debe tener y fomentar de sí misma. El
segundo es moral; se refiere a la renovación ascética, práctica, canónica, que
la Iglesia necesita para conformarse a la conciencia mencionada, para ser pura,
santa, fuerte, auténtica. Y el tercer camino es apostólico; lo hemos designado
con términos hoy en boga: el diálogo; es decir, se refiere este camino al modo,
al arte, al estilo que la Iglesia debe infundir en su actividad ministerial en
el concierto disonante, voluble y complejo del mundo contemporáneo. Conciencia,
renovación, diálogo, son los caminos que hoy se abren ante la Iglesia viva y
que forman los tres capítulos de la encíclica».
Sesiones
del Concilio Vaticano II y varios viajes apostólicos Cronología del Concilio
bajo su pontificado
El 29 de
setiembre de 1963 se abre la segunda sesión del Concilio. S.S. Pablo VI la
clausura el 4 de diciembre con la promulgación de la Constitución sobre la
Sagrada Liturgia.
En enero de
1964 (4-6), S.S. Pablo VI realiza un viaje sin precedentes a Tierra Santa, en
donde se da un histórico encuentro con Atenágoras I, Patriarca de Jerusalén.
El 6 de
agosto de 1964, S.S. Pablo VI publica su encíclica programática Ecclesiam suam.
La tercera
sesión conciliar duraría del 14 de setiembre hasta el 21 de noviembre de 1964.
Se clausuraba con la promulgación de la Constitución sobre la Iglesia. En
aquella ocasión proclamó a María como Madre de la Iglesia.
Entre la
tercera y cuarta sesión del Concilio (diciembre 1964), S.S. Pablo VI viaja a
Bombay, para participar en un Congreso Eucarístico Internacional.
El 4 de
octubre, durante la cuarta y última sesión del Concilio, viaja a Nueva York a
la sede de la ONU, para hacer un histórico llamado a la paz mundial ante los
representantes de todas las naciones.
El 7 de
diciembre de 1965, un día antes de finalizar el gran Concilio, el Papa Pablo VI
y el Patriarca Atenágoras I hacen una declaración conjunta por la que
deploraban y se levantaban los mutuos anatemas —pronunciados por representantes
de la Iglesia Oriental y Occidental en Constantinopla en 1054, y que marcaban
el momento culminante del cisma entre las Iglesias de oriente y la de
occidente—.
El 8 de
diciembre de 1965 confirmaba solemnemente todos los decretos del Concilio, y
proclamaba un jubileo extraordinario, el 1 de enero al 29 de mayo de 1966, para
la reflexión y renovación de toda la Iglesia a la luz de las grandes enseñanzas
conciliares.
El
Post-Concilio La aplicación del Concilio: la época post-conciliar Culminado el
gran Concilio abierto al tercer milenio, se iniciaba el difícil periodo de su
aplicación. Ello exigía un hombre de mucha fortaleza interior, con un espíritu
hondamente cimentado en el Señor; hombre de profunda oración para discernir, a
la luz del Espíritu los caminos seguros por donde conducir al Pueblo de Dios en
medio de dificultades propias de todo proceso de cambio, de adecuación, de
renovación... propias también de la furia del enemigo, cuyas fuerzas buscan
prevalecer sobre la Iglesia de Cristo.
Lo que a
S.S. Pablo VI le tocó vivir como Pastor universal de la grey del Señor, lo
resume el Papa Juan Pablo II en un valiosísimo testimonio, pues él —como dice
él mismo— había podido «observar de cerca» su actividad: «Me maravillaron
siempre su profunda prudencia y valentía, así como su constancia y paciencia en
el difícil período posconciliar de su pontificado. Como timonel de la Iglesia,
barca de Pedro, sabía conservar una tranquilidad y un equilibrio providencial
incluso en los momentos más críticos, cuando parecía que ella era sacudida
desde dentro, manteniendo una esperanza inconmovible en su compactibilidad» (Redemptor
hominis, 3).
Otras tareas y el
primer Papa en América Otras labores de su pontificado
El Papa
Montini tuvo también una gran preocupación por la unión de los cristianos,
causa a la que dedicó no pocos esfuerzos, dando así los primeros pasos hacia la
unidad de todos los cristianos.
Por otro
lado, fomentó con insistencia la colaboración colegial de los obispos. Este
impulso se concretaría de diversas formas, siendo las más significativas el
proceso de consolidación de las Conferencias Episcopales Nacionales en toda la
Iglesia, los diversos Sínodos locales y también los Sínodos internacionales
trienales. Durante su pontificado los temas tratados en estos Sínodos
episcopales fueron: el sacerdocio (1971); la evangelización (1974); la
catequesis (1977).
Otro hito
importante de su pontificado lo constituye el viaje realizado al continente
americano para la inauguración de la II Conferencia general del Episcopado
Latinoamericano, siendo ésta la primera vez que un Sucesor de Pedro pisaba
tierras americanas.
Su peculiar
doctrina Las enseñanzas al Pueblo de Dios
S.S. Pablo
VI ha dejado un rico legado en sus muchos escritos. Dentro de esta larga lista
cabe resaltar a la encíclica Populorum progressio, la cual trata sobre el tema
del desarrollo integral de la persona. Esta encíclica fue la base para la
Conferencia de los Obispos latinoamericanos en Medellín. También merece ser
especialmente mencionada la exhortación Evangelii nuntiandi, carta magna de la
evangelización, que pone enfáticamente el anuncio de Jesucristo en el corazón
de la misión de la Iglesia. Para muchos, esta carta vino de algún modo, a
completar y profundizar la Gaudium et spes. Además, constituyó el telón de
fondo de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Puebla.
La
encíclica programática Ecclesiam suam –la primera que escribió— es asimismo, de
gran importancia. Manifiesta que de la «conciencia contemporánea de la Iglesia
—nos dice S.S. Juan Pablo II—, Pablo VI hizo el tema primero de su fundamental
Encíclica que comienza con las palabras Ecclesiam suam; (...) Iluminada y
sostenida por el Espíritu Santo, la Iglesia tiene una conciencia cada vez más
profunda, sea respecto de su misterio divino, sea respecto de su misión humana,
sea finalmente respecto de sus mismas debilidades humanas: es precisamente esta
conciencia la que debe seguir siendo la fuente principal del amor de esta
Iglesia, al igual que el amor por su parte contribuye a consolidar y
profundizar esa conciencia. Pablo VI nos ha dejado el testimonio de esa
profundísima conciencia de Iglesia. A través de los múltiples y frecuentemente
dolorosos acontecimientos de su pontificado, nos ha enseñado el amor intrépido
a la Iglesia (...)» (Redemptor hominis, 3).
Son muy
significativas también todas las enseñanzas dadas con ocasión del Año Santo de
la Reconciliación, en 1975, lo que queda manifiesto en una importante
exhortación apostólica: La reconciliación dentro de la Iglesia. Por otro lado,
es también de especial importancia El Credo del Pueblo de Dios. En el, el Papa
Pablo VI hace una hermosa profesión de fe, que reafirma las verdades que el
Cuerpo místico de Cristo cree y vive, tomando así una firme postura ante los no
pocos intentos de agresión que sufría la fe cristiana. La herencia que ha
dejado a la Iglesia con todos sus escritos es invalorable.
Iluminando la
plenitud humana de vida próximo ya a su muerte .Su tránsito a la casa del Padre
Su Santidad
Pablo VI, luego de su incansable labor en favor de la Iglesia a la que tanto
amor mostró, fue llamado a su presencia por el Padre Eterno, el 6 de agosto de
1978, en la Fiesta de la Transfiguración (que curiosamente fue también la fecha
de la publicación de la encíclica que anunciaba el programa de su pontificado).
Acaso el Señor mismo, con este signo de su amorosa Providencia, quiso rubricar
con sello divino aquello que el Santo Padre, pocos años antes, había escrito en
una preciosa exhortación apostólica sobre la alegría cristiana: «...existen
muchas moradas en la casa del Padre y, para quienes el Espíritu Santo abrasa el
corazón, muchas maneras de morir a sí mismos y de alcanzar la santa alegría de
la resurrección. La efusión de la sangre no es el único camino. Sin embargo, el
combate por el Reino incluye necesariamente la experiencia de una pasión de
amor (...) «per crucem ad lucem», y de este mundo al Padre, en el soplo
vivificador del Espíritu» (Gaudete in Domino, 37). Y ciertamente, el Padre
Eterno quiso que este hijo suyo, habiendo pasado por muchos sufrimientos y
habiendo entregado ejemplarmente su vida en el servicio amoroso a la Iglesia,
pasase "de la cruz a la luz" en el día en que la Iglesia entera
celebraba la gran Fiesta de la Transfiguración, que indica esperanzada la meta
final a la que conduce la muerte física de todo cristiano fiel. Y él —como
dijera S.S. Juan Pablo I— había transitado ese camino de modo ejemplar: «(...)
en quince años de Pontificado, este Papa ha demostrado no sólo a mí, sino a
todo el mundo, cómo se ama, cómo se sirve y cómo se trabaja y sufre por la
Iglesia de Cristo».
Él mismo,
vislumbrando ya esta magnífica realidad, dejaría escrito para todos en su
"Testamento":
«Fijo la
mirada en el misterio de la muerte y de lo que a ella sigue a la luz de Cristo,
el único que la esclarece; miro, por tanto, la muerte con confianza, humilde y
serenamente. Percibo la verdad que ese misterio ha proyectado siempre sobre la
vida presente y bendigo al vencedor de la muerte por haber disipado en mí las
tinieblas y descubierto su luz.
»Por ello,
ante la muerte y la separación total y definitiva de la vida presente, siento
el deber de celebrar el don, la fortuna, la belleza, el destino de esta misma
fugaz existencia: Señor, te doy gracias porque me has llamado a la vida y más
aún todavía porque me has regenerado y destinado a la plenitud de la vida».
Su magisterio
pontificio
Encíclicas:
Ecclesiam
suam (6-8-1964), sobre los caminos que la Iglesia Católica debe seguir en la
actualidad para cumplir con su misión.
Mysterium
fidei (3-9-1965), sobre la doctrina y culto de la Santa Eucaristía.
Populorum
progressio (26-3-1967), sobre la necesidad de promover el desarrollo de los
pueblos.
Sacerdotalis
caelibatus (24-6-1967), sobre el celibato sacerdotal.
Humanae
vitae (25-7-1968), sobre la regulación de la natalidad.
Exhortaciones apostólicas:
Marialis
cultus (2-2-1974), sobre la recta ordenación y desarrollo del culto a la
Santísima Virgen.
Petrum et
Paulum
Gaudete in
Domino (9-5-1975), sobre la alegría cristiana
Evangelii
nuntiandi (8-12-1975), acerca de la evangelización en el mundo contemporáneo.
Cartas apostólicas:
Octogesima
adveniens (1971), con ocasión del 80 aniversario de la encíclica Rerum novarum.
Declaraciones:
Persona
humana (29-12-1975), acerca de algunas cuestiones de ética sexual.
Inter
insigniores (15-10-1976), sobre la cuestión de la admisión de las mujeres al
sacerdocio ministerial.
Otros:
Constitución
apostólica Paenitemini (17-2-1966), sobre el valor de la penitencia individual.
El
"Credo del Pueblo de Dios" (30-6-1968)
Milagro contra el
aborto
"Un
milagro acaecido en la vida de un niño dentro el seno materno es algo insólito
que nos dice que hay una vida ahí y que Dios la quiere proteger desde la
concepción", ha explicado el Padre Antonio Marrazzo, postulador de la
Causa de Canonización del Papa Pablo VI.
El evento
ocurrió en Florida, Estados Unidos, en el año 2001 y su protagonista es un niño
que, en la semana 24 del embarazo, se encontraba en un estado crítico. Exámenes
médicos habían revelado la ruptura de la vejiga, con ascitis –presencia de
líquido en el abdomen–, y de oligohidramnios –ausencia de líquido en el saco
amniótico–. Todo intento terapéutico resultó ineficaz para resolver su
situación.
El
diagnóstico fue severo. Era muy probable que el niño muriera dentro del útero o
que naciera con una insuficiencia renal grave. El ginecólogo ofreció a la madre
gestante la opción de abortar, pero la mujer no aceptó la propuesta.
Siguiendo
el consejo de una religiosa de la Caridad de Santa de María Bambina, que habían
conocido al Papa Pablo VI, la abuela del niño colocó en el vientre de la madre
una imagen del Pontífice con una reliquia e invocó la intercesión. Después de
este evento las oraciones dirigidas al Pontífice se sucedieron en comunidad,
primero en familia, y después en la parroquia.
A las 34
semanas de embarazo, nuevos análisis demostraron que el cuadro clínico del niño
había mejorado y en el momento del nacimiento –un parto por cesárea en las 39
semanas–, el bebé demostró buenas condiciones y fue capaz de respirar y llorar.
“Fue un
milagro en consonancia con el magisterio del Papa Pablo VI y la defensa de la
vida, y muy interesante –continuó el P. Marrazzo-, porque nos dice que Dios nos
protege desde el seno materno, desde el momento en que la vida comienza. Para
Dios la vida humana es un valor no manipulable, no desechable, es un valor,
porque Dios nos da un valor”.
En efecto, el Papa Montini pasará a la historia entre muchas cosas por
escribir la Humanae Vitae, la visionaria encíclica sobre la defensa de la vida
y la familia. El menor, del que se reserva su nombre y ubicación exacta por
motivos de privacidad, ha sido seguido en el curso de los años por médicos
expertos y ha demostrado un correcto desarrollo psicofísico y un funcionamiento
normal de sus funciones renales. El 12 de diciembre de 2013 la consulta médica
de la Congregación para las Causas de los Santos confirmó por unanimidad la
curación inexplicable, mientras que el 18 de febrero de 2014 el Congreso de
teólogos de dicha congregación reconoció unánimemente la intercesión del Papa
Pablo VI. (PABLO VI,
BEATO.CCLXII PAPA.AÑO 1978.FIESTA 06 DE AGOSTO. FUENTE: ENCICLOPEDIA
CATÓLICA.ACIPRENSA.TOMADO DEL SITIO: CATHOLIC.NET.LA NOTA CORTA.-POR:
PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com
.MARACAIBO.ESTADO ZULIA.VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA Y PUBLICADA EN LA
RED JUEVES 06 DE FEBRERO DE 2015.IMG.B.MEGF.)
PABLO
VI, BEATO.CCLXII PAPA.AÑO 1978.FIESTA 06 DE AGOSTO. LA NOTA CORTA.-POR:
PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .MARACAIBO.ESTADO
ZULIA.VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED JUEVES 06 DE
FEBRERO DE 2015.
IMAGEN UNO:
PABLO VI, BEATO.CCLXII PAPA.AÑO 1978.FIESTA 06 DE AGOSTO.
IMAGEN DOS:
PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FJUENMAYOR…
“LA COSAS Y ASUNTOS DE DIOS, TIENEN SU JUSTO Y
OPORTUNO TIEMPO” PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FJUENMAYOR (MEGF) JUEVES 06 DE
AGOSTO DE 2015.
Para citar este artículo: si se tratase del caso
ejemplificado:
GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del
Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia? Maracaibo,
Venezuela La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: )
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REDACTADA EL 01 DICIEMBRE DE 2009.
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Universidad del Zulia, La Organización de Naciones Unidas, Biblioteca Central
del Estado Zulia, etc. Quinto.-Se coloca el año de presentación, impresión o
publicación. Ejemplo: año 2008. Sexto.- El total de las
páginas del artículo, notas, reflexiones etc. los números de las páginas 28-32
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