LA NOTA CORTA.. “PARA LLENAR NUESTROS VACÍOS... APRENDE LAS VERDADES TRASCENDENTALES".
POR PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO. ESTADO.ZULIA. REPÚBLICA DE VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO EN LA RED: MARTES 17 DE FEBRERO DE 2009.
CUATRO VERDADES TRASCENDENTALES PARA DAR EL GRAN PASO.
Para llenar el vacío tan grande que hay en nuestro espíritu y nacer de nuevo a una vida de alegría, hay que comprender cuatro verdades fundamentales:
Primera: La mayor desgracia de nuestra vida han sido nuestros pecados. No nos puede suceder mal alguno, por grande que sea, que pueda ser mayor que perder la amistad con Dios. Y mientras nuestros pecados no hayan sido perdonados no puede haber paz ni felicidad verdadera en nuestro espíritu.
Segunda : Jesucristo murió en la cruz para qué se nos perdonen nuestros pecados. Inspirada por el espíritu santo se dijo esta frase en la Biblia: "mejor que muera uno solo por el pueblo, para que no perezca toda la nación" (San Juan 11,50). Ya murió Jesús por el pueblo, para que no perezcamos nosotros.
San Pablo dice que en la cruz Jesús tomó nuestra sentencia de condenación y la borró con su propia sangre. Pero como dice ser Agustín: "si tú quieres, Cristo murió por ti. Si tú no quieres: Cristo no murió por ti". Hay que aceptar para nuestro provecho esa muerte salvadora del hijo de Dios. Y por los méritos de la pasión y muerte de Cristo pedir perdón muchas veces al padre Dios.
Tercera: Jesucristo resucitó no sólo para darnos vida eterna, sino para que nosotros también resucitemos de nuestras miserias. Cristo resucitado quiere darnos valor y entusiasmo para vencer nuestras debilidades.
Cuarta: debemos creer en Cristo y esperar en el . Creer es estar seguros de que el si puede ayudarnos. Esperar es estar seguros de que él quiere venir a cada momento en nuestra ayuda. Sus promesas para los que creen en el y esperan en su bondad son maravillosas: "todo es posible para quien tiene fe". "Según sea tu fe así serán las cosas que te sucederán" "nada es imposible para el que cree". Si tienes fe aunque sea como un granito de mostaza, le dirías a una montaña quítate de aquí y lánzate al mar, y la montaña te obedecerá". (LE HAYE T. y SALESMAN E. "COMO ALEJAR LA DEPRESIÓN, LA TRISTEZA Y EL MAL GENIO". SANTA FE DE BOGOTÁ. COLOMBIA. EDICIONES CENTRO DON BOSCO. 1993. Págs. 113-114)
Las cuatro grandes verdades para dar el gran paso y llenar nuestros vacíos, vencer nuestros temores y miedos, escalar hacia el éxito, vivir en perfecta armonía con Dios y con la humanidad, para ser un buen ciudadano y un buen cristiano, pueden reducirse a una sola: la fe. Pero esa fe debe pasar necesariamente por creer en Dios. Los lectores dirán ¿es necesario que él envió para tener fe? ¿Acaso, no hay personas que no tienen fe y si embargo no creen en Dios y aún así se les ve exitosos, triunfantes, poseedores de una gran riqueza y además de una familia y de reconocimiento social? ¿Acaso la ciencia no nos ha enseñado que si nosotros entrenamos nuestra mente y nuestras destrezas y habilidades racionales, emocionales, psíquicas y todas aquellas que son el objeto de estudio de la psicorientología (control mental Silva), la cábala, el espiritismo científico, el rosacrucismo,la new age (nueva era, parestesia, yoga, etc., igualmente podemos llenar nuestros vacíos y vencer nuestros temores hasta alcanzar el éxito?
Lamentablemente amigo y amiga que lees este artículo, esas "disciplinas científicas" te pueden mostrar un oasis o quimera de la verdad relativa a tu mundo interior, a la paz, justicia, felicidad, que solamente se consigue en Dios. Jesús nos dijo que soy el camino a la verdad y la vida y todo aquel que toma su cruz y me sigue encontrará el camino que conducirá al reino de mi padre, al reino de los cielos, al reino de vida eterna, por en donde no habrá más enfermedad, más grande, más injusticias, más dolor ni nada que se perezca: Dios no tiene guardados mansiones celestiales que ojo humano ha visto, ni ningún oido humano han escuchado de ellas. Una de esas verdades que se han transrito anteriormente se relaciona directamente con el pecado, es decir con la conducta reprobable, injusta, engañosa, inmoral, dolosa, etc. debemos reconocer que somos pecadores, que al igual que todos hemos mentido, engañado, adulterado, hemos sido egoístas, prepotentes, soberbios, autosuficientes y haber practicado el desarrollado cualquier actitud no grata a los ojos de Dios. Al reconocer nuestros pecados debemos también entender otra gran verdad: el perdón. No debemos nunca titubear, dudar, poner en tela de juicio la misericordia, la piedad y la caridad del señor. Recordemos que el apóstol San Pedro refiriéndose el perdón le preguntó a Jesucristo: "maestro cuántas veces tengo que perdonar a quien me agrede" y Jesús le respondió: "hasta 70 veces siete". Es decir la capacidad de perdón es infinita y del ejercicio del perdón también lo es. Imagínese usted amigo lector si el señor se acordará de todas nuestras faltas y que si por casualidad olvidará perdonar alguna de ellas, no entraríamos al reino de los cielos y en consecuencia nuestra alma se habrá perdido para siempre. Entonces como consecuencia de esa verdad del perdón, encontramos que: Dios perdona, cancela todas nuestras faltas y llamas nunca se se acordará de ellas. Lo mismo debemos hacer nosotros: perdonar y olvidar las faltas que han cometido en nuestra contra. Podrías no tener fe y alcanzar algunos logros, pero te advierto que lo mismo serán efímeros, pues no están afincados en el proyecto de salvación que Dios tiene para ti. Dios lo es todo. Sin el no somos nada. El es la plenitud. Es el principio el fin de todas las cosas. El amigo que no falla. El que todo lo puede , el que todo lo sabe y el que en cualquier lugar está. Lo demás son puras mentiras. Dios es el agua de vida y el alimento eterno. Quien toma de su agua y come cuerpo no morirá jamás. Recordemos a Jesús en la Santa cena cuando partiendo el pan lo bendijo y lo dio a sus discípulos diciendo: "este es mi cuerpo que será entregado por vosotros" y luego tomando el cáliz con el fruto dela vid les dijo: "esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para la redención de vuestros pecados... hagan esto en conmemoración mia". No hay duda alguna, lo que te ofrece el mundo no es capaz de llenar tu vacíos, calmar sus miedos o vencer temores. Ni el dinero, ni el placer, ni las riquezas, ni los títulos, ni los placeres mundanos, son capaces de darte la auténtica felicidad y la paz verdadera. Esa paz que nunca pasa, que se quedará en ti hasta final de los tiempos, la paz que viene de Dios, la fuerza que viene de lo alto y que es capaz de vencer cualquier adversidad. No lo olvides.
De esas cuatro verdades otra de las mismas es la muerte de Jesús en la cruz, lo cual se traduce en el triunfo de la vida sobre la muerte. La muerte y el maligno fueron derrotadas en la cruz, allí Jesús clavó la factura que contenía nuestras deudas con la justicia, con la verdad, con el amor, con la solidaridad etc.Esa factura ya fue cancelada y todas nuestras faltas perdónadas. Tal vez tú no creas que Jesús murió por ti, poco importa, porque la salvación es gratuita. Porque si por un hombre el pecado entró en el mundo, es decir por la desobediencia de Adán, también por la gracia Dios envió a su hijo para solventar nuestro pecado y desobediencia. Lo concibiendo en una mujer Inmaculada como lo es la virgen María, a su hijo Jesús, porque si la desgracia entró en el mundo por la desobediencia de Eva es decir por la desobediencia de una mujer, también por la gracia y santidad de una mujer entró la salvación al mundo. No hay Jesús sin María. No hay redención sin Jesús. De manera que amigos lectores poco le importa a Dios si tú crees con lo que el que salvó. El siempre está a las puertas de tu corazón esperando que tu le abras para que el pueda tomar el control de tu vida, de tu familia, de tu miedos, de tu vacíos, de tu temores, de todos tus momentos difíciles. Recuerda también que Dios nos hizo sin nuestro consentimiento, pero no podrá salvarte si tu no le das la autorización o tu aprobación.
La resurrección de Jesucristo es una verdad trascendental que debemos creer más allá de toda duda, más allá de cualquier confrontación con la ciencia o con cualquier otra circunstancia o situación. Si te asalta la tribulación, la tragedia, la enfermedad, la pena, las dificultades económicas, los problemas familiares, la carencia de trabajo, de afecto o de amor, debes creer que la resurrección de Jesucristo es el triunfo de la bondad sobre la maldad, de la justicia sobre la injusticia, de la salud sobre enfermedad, de amor sobre sus carencias u odio, la paz sobre la guerra, la abundancia sobre la escasez, la alegría sobre la tristeza, la armonía sobre el desequilibrio, la solidaridad sobre la indolencia, la caridad sobre el egoísmo, el altruismo sobre la mezquindad etc.. Si quieres vivir alegre, tranquilo, feliz, sin miedos, con esperanza, con paz, en prosperidad y en perfecto equilibrio con Dios, con tus semejantes y con la humanidad, cree que Jesús resucitó y que todos resurrección somos salvos y además eternos y destinatarios de todos los prodigios, amores y dones del señor.
La trascendencia de creer y esperar en Cristo deviene en abundantes bendiciones materiales y espirituales. "Nada es imposible para el que cree"... "para Dios no hay nada imposible". Juega entonces papel importante nuestra fe en esas verdades de trascendencia. No estamos solos, el señor siempre nos acompaña, en todo momento, en todo lugar. No tengan miedo, no se amilanen por las desgracias, tribulaciones o tragedias que puedan tocar nuestra puerta. Dios es nuestro auxilio, nuestra ayuda, nuestra fortaleza, nuestra roca: " en el, con el y para el vivimos". Amén y amén
ETQUETAS: REDENCIÓN, SALVACIÓN, ETERNIDAD, VIDA INFINITA,
LA NOTA CORTA.. “PARA LLENAR NUESTROS VACÍOS... APRENDE LAS VERDADES TRASCENDENTALES".
POR PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO. ESTADO.ZULIA. REPÚBLICA DE VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO EN LA RED: MARTES 17 DE FEBRERO DE 2009.
CUATRO VERDADES TRASCENDENTALES PARA DAR EL GRAN PASO.
Para llenar el vacío tan grande que hay en nuestro espíritu y nacer de nuevo a una vida de alegría, hay que comprender cuatro verdades fundamentales:
Primera: La mayor desgracia de nuestra vida han sido nuestros pecados. No nos puede suceder mal alguno, por grande que sea, que pueda ser mayor que perder la amistad con Dios. Y mientras nuestros pecados no hayan sido perdonados no puede haber paz ni felicidad verdadera en nuestro espíritu.
Segunda : Jesucristo murió en la cruz para qué se nos perdonen nuestros pecados. Inspirada por el espíritu santo se dijo esta frase en la Biblia: "mejor que muera uno solo por el pueblo, para que no perezca toda la nación" (San Juan 11,50). Ya murió Jesús por el pueblo, para que no perezcamos nosotros.
San Pablo dice que en la cruz Jesús tomó nuestra sentencia de condenación y la borró con su propia sangre. Pero como dice ser Agustín: "si tú quieres, Cristo murió por ti. Si tú no quieres: Cristo no murió por ti". Hay que aceptar para nuestro provecho esa muerte salvadora del hijo de Dios. Y por los méritos de la pasión y muerte de Cristo pedir perdón muchas veces al padre Dios.
Tercera: Jesucristo resucitó no sólo para darnos vida eterna, sino para que nosotros también resucitemos de nuestras miserias. Cristo resucitado quiere darnos valor y entusiasmo para vencer nuestras debilidades.
Cuarta: debemos creer en Cristo y esperar en el . Creer es estar seguros de que el si puede ayudarnos. Esperar es estar seguros de que él quiere venir a cada momento en nuestra ayuda. Sus promesas para los que creen en el y esperan en su bondad son maravillosas: "todo es posible para quien tiene fe". "Según sea tu fe así serán las cosas que te sucederán" "nada es imposible para el que cree". Si tienes fe aunque sea como un granito de mostaza, le dirías a una montaña quítate de aquí y lánzate al mar, y la montaña te obedecerá". (LE HAYE T. y SALESMAN E. "COMO ALEJAR LA DEPRESIÓN, LA TRISTEZA Y EL MAL GENIO". SANTA FE DE BOGOTÁ. COLOMBIA. EDICIONES CENTRO DON BOSCO. 1993. Págs. 113-114)
Las cuatro grandes verdades para dar el gran paso y llenar nuestros vacíos, vencer nuestros temores y miedos, escalar hacia el éxito, vivir en perfecta armonía con Dios y con la humanidad, para ser un buen ciudadano y un buen cristiano, pueden reducirse a una sola: la fe. Pero esa fe debe pasar necesariamente por creer en Dios. Los lectores dirán ¿es necesario que él envió para tener fe? ¿Acaso, no hay personas que no tienen fe y si embargo no creen en Dios y aún así se les ve exitosos, triunfantes, poseedores de una gran riqueza y además de una familia y de reconocimiento social? ¿Acaso la ciencia no nos ha enseñado que si nosotros entrenamos nuestra mente y nuestras destrezas y habilidades racionales, emocionales, psíquicas y todas aquellas que son el objeto de estudio de la psicorientología (control mental Silva), la cábala, el espiritismo científico, el rosacrucismo,la new age (nueva era, parestesia, yoga, etc., igualmente podemos llenar nuestros vacíos y vencer nuestros temores hasta alcanzar el éxito?
Lamentablemente amigo y amiga que lees este artículo, esas "disciplinas científicas" te pueden mostrar un oasis o quimera de la verdad relativa a tu mundo interior, a la paz, justicia, felicidad, que solamente se consigue en Dios. Jesús nos dijo que soy el camino a la verdad y la vida y todo aquel que toma su cruz y me sigue encontrará el camino que conducirá al reino de mi padre, al reino de los cielos, al reino de vida eterna, por en donde no habrá más enfermedad, más grande, más injusticias, más dolor ni nada que se perezca: Dios no tiene guardados mansiones celestiales que ojo humano ha visto, ni ningún oido humano han escuchado de ellas. Una de esas verdades que se han transrito anteriormente se relaciona directamente con el pecado, es decir con la conducta reprobable, injusta, engañosa, inmoral, dolosa, etc. debemos reconocer que somos pecadores, que al igual que todos hemos mentido, engañado, adulterado, hemos sido egoístas, prepotentes, soberbios, autosuficientes y haber practicado el desarrollado cualquier actitud no grata a los ojos de Dios. Al reconocer nuestros pecados debemos también entender otra gran verdad: el perdón. No debemos nunca titubear, dudar, poner en tela de juicio la misericordia, la piedad y la caridad del señor. Recordemos que el apóstol San Pedro refiriéndose el perdón le preguntó a Jesucristo: "maestro cuántas veces tengo que perdonar a quien me agrede" y Jesús le respondió: "hasta 70 veces siete". Es decir la capacidad de perdón es infinita y del ejercicio del perdón también lo es. Imagínese usted amigo lector si el señor se acordará de todas nuestras faltas y que si por casualidad olvidará perdonar alguna de ellas, no entraríamos al reino de los cielos y en consecuencia nuestra alma se habrá perdido para siempre. Entonces como consecuencia de esa verdad del perdón, encontramos que: Dios perdona, cancela todas nuestras faltas y llamas nunca se se acordará de ellas. Lo mismo debemos hacer nosotros: perdonar y olvidar las faltas que han cometido en nuestra contra. Podrías no tener fe y alcanzar algunos logros, pero te advierto que lo mismo serán efímeros, pues no están afincados en el proyecto de salvación que Dios tiene para ti. Dios lo es todo. Sin el no somos nada. El es la plenitud. Es el principio el fin de todas las cosas. El amigo que no falla. El que todo lo puede , el que todo lo sabe y el que en cualquier lugar está. Lo demás son puras mentiras. Dios es el agua de vida y el alimento eterno. Quien toma de su agua y come cuerpo no morirá jamás. Recordemos a Jesús en la Santa cena cuando partiendo el pan lo bendijo y lo dio a sus discípulos diciendo: "este es mi cuerpo que será entregado por vosotros" y luego tomando el cáliz con el fruto dela vid les dijo: "esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para la redención de vuestros pecados... hagan esto en conmemoración mia". No hay duda alguna, lo que te ofrece el mundo no es capaz de llenar tu vacíos, calmar sus miedos o vencer temores. Ni el dinero, ni el placer, ni las riquezas, ni los títulos, ni los placeres mundanos, son capaces de darte la auténtica felicidad y la paz verdadera. Esa paz que nunca pasa, que se quedará en ti hasta final de los tiempos, la paz que viene de Dios, la fuerza que viene de lo alto y que es capaz de vencer cualquier adversidad. No lo olvides.
De esas cuatro verdades otra de las mismas es la muerte de Jesús en la cruz, lo cual se traduce en el triunfo de la vida sobre la muerte. La muerte y el maligno fueron derrotadas en la cruz, allí Jesús clavó la factura que contenía nuestras deudas con la justicia, con la verdad, con el amor, con la solidaridad etc.Esa factura ya fue cancelada y todas nuestras faltas perdónadas. Tal vez tú no creas que Jesús murió por ti, poco importa, porque la salvación es gratuita. Porque si por un hombre el pecado entró en el mundo, es decir por la desobediencia de Adán, también por la gracia Dios envió a su hijo para solventar nuestro pecado y desobediencia. Lo concibiendo en una mujer Inmaculada como lo es la virgen María, a su hijo Jesús, porque si la desgracia entró en el mundo por la desobediencia de Eva es decir por la desobediencia de una mujer, también por la gracia y santidad de una mujer entró la salvación al mundo. No hay Jesús sin María. No hay redención sin Jesús. De manera que amigos lectores poco le importa a Dios si tú crees con lo que el que salvó. El siempre está a las puertas de tu corazón esperando que tu le abras para que el pueda tomar el control de tu vida, de tu familia, de tu miedos, de tu vacíos, de tu temores, de todos tus momentos difíciles. Recuerda también que Dios nos hizo sin nuestro consentimiento, pero no podrá salvarte si tu no le das la autorización o tu aprobación.
La resurrección de Jesucristo es una verdad trascendental que debemos creer más allá de toda duda, más allá de cualquier confrontación con la ciencia o con cualquier otra circunstancia o situación. Si te asalta la tribulación, la tragedia, la enfermedad, la pena, las dificultades económicas, los problemas familiares, la carencia de trabajo, de afecto o de amor, debes creer que la resurrección de Jesucristo es el triunfo de la bondad sobre la maldad, de la justicia sobre la injusticia, de la salud sobre enfermedad, de amor sobre sus carencias u odio, la paz sobre la guerra, la abundancia sobre la escasez, la alegría sobre la tristeza, la armonía sobre el desequilibrio, la solidaridad sobre la indolencia, la caridad sobre el egoísmo, el altruismo sobre la mezquindad etc.. Si quieres vivir alegre, tranquilo, feliz, sin miedos, con esperanza, con paz, en prosperidad y en perfecto equilibrio con Dios, con tus semejantes y con la humanidad, cree que Jesús resucitó y que todos resurrección somos salvos y además eternos y destinatarios de todos los prodigios, amores y dones del señor.
La trascendencia de creer y esperar en Cristo deviene en abundantes bendiciones materiales y espirituales. "Nada es imposible para el que cree"... "para Dios no hay nada imposible". Juega entonces papel importante nuestra fe en esas verdades de trascendencia. No estamos solos, el señor siempre nos acompaña, en todo momento, en todo lugar. No tengan miedo, no se amilanen por las desgracias, tribulaciones o tragedias que puedan tocar nuestra puerta. Dios es nuestro auxilio, nuestra ayuda, nuestra fortaleza, nuestra roca: " en el, con el y para el vivimos". Amén y amén
ETQUETAS: REDENCIÓN, SALVACIÓN, ETERNIDAD, VIDA INFINITA,
martes, 17 de febrero de 2009
LA NOTA CORTA." PARA LLENAR NUESTROS VACÍOS...APRENDE LAS VERDADES TRASCENDENTALES"
Etiquetas:
CARIDAD Y PERDON,
GRACIA Y SANTIDAD,
PECADOS Y FALTAS
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario