domingo, 20 de enero de 2008

Titulitis, Doctoritis y Maestritis

Por Mervy Enrique González Fuenmayor
Maracaibo-Estado Zulia .Venezuela. América del Sur

- Maracaibo, 21de Enero 2008–
(re-edición)

De un tiempo acá, dada mi condición de catedrático universitario en las aulas de nuestra casa de las leyes en la muy ilustre Universidad del Zulia, he podido reflexionar sobre una situación atinente a la proliferación de títulos, doctorados, especializaciones, posgrados y maestrías que mas que una necesidad que requiere ser cumplida en atención a la satisfacción de los aspirantes en orden a la vocación, servicio, actitud, aptitud de ellos, vinculadas estas con las exigencias que impone la sociedad venezolana; se traducen mas bien en un asunto rayano algunas veces en la trivialidad. Recientemente le pregunté a uno de mis colegas y alumnos en la Maestría de Derecho Laboral ¿Qué lo motivaba a realizar estos estudios de Posgrado? y me respondió: “bueno aunque la materia laboral no me gusta pienso que como ese juicio es nuevo y oral, vi una oportunidad de ser de los primeros en graduarme con la nueva Ley Procesal Laboral, además de ganarme un dinero y porque ahora ser laboralista da fama y prestigio”. Confieso que esa respuesta me causó desconcierto, desazón y tristeza.
Ese episodio es solo una pequeña muestra de lo que pareciera ser una característica de la “Posmodernidad Venezolana”. Amigo lector a cuantos profesionales universitarios conoce usted que han logrado reunir en su persona títulos tan poco afines como la Ingeniería, el Derecho y la Medicina o tal vez la Contaduría, Veterinaria y Periodismo. No se piense que racionalmente esté en contra de esos “afanes” ya que hay gente que estudia únicamente para “conocer y que lo conozcan” y no para colocar a disposición de la sociedad y la comunidad sus conocimientos ora en el campo del ejercicio profesional ora en el campo de la docencia y de la investigación. Esta realidad se corrobora con la siguiente hipótesis de ocurrencia frecuente: “pregúntele a cualquiera de estos “politogados” (muchos títulos soportados en papeles) alguna temática relacionada con la solución de variados problemas de las carreras en las cuales se han graduado”. La repuesta lo dejara atónito. El balbuceo, la tartamudez y las expresiones incoherentes suelen aparecer como por arte de magia. Ello es comprensible por cuanto los esfuerzos que hicieron para coronar con éxito la carrera solamente estuvieron inspirados por la aprobación de la misma y no en el aprendizaje. Uno de mis “viejos profesores” me manifestó en alguna oportunidad que un sector muy importante de profesionales universitarios que acumulan títulos, doctorados y maestrías, aunque académicamente estén legalizados para tales grados, generalmente en lo único que están aptos es en el primer grado o profesión que obtuvieron. Es la excepción que un Abogado sea un buen Medico o que un Arquitecto lo sea en el campo de la Ciencias Veterinarias. Estas reflexiones son producto de la experiencia que he logrado acumular como Docente en el área
de Posgrado lo que viene a confirmar igualmente la expresión según la cual un “titulo o varios” no te garantizan que quien los ostenta o exhibe este capacitado para ejercerlo. Finalmente es pertinente colacionar un pequeño extracto de la Escritura Sagrada relacionada con la el LIBRO DE LA SABIDURIA que nos enseña: “Tus juicios son grandiosos e inexplicables. Por eso, la gente que no aprende se equivoca” (Sabiduría capitulo 17, versículos 1-2)

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