LA NOTA CORTA. “SIETE COSAS QUE NOS ALEGRAN LA VIDA”

IMAGEN 1:PINTURA: JESUCRISTO NOS ENSEÑA A PERMANECER ALEGRES







IMAGEN 2:PROF.DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR...


“LAS ACTUACIONES PROCESALES DOLOSAS EXIGEN SU PRUEBA”.MEGF.MIÉRCOLES 18 DE MAYO DE 2011.



LA NOTA CORTA. “SIETE COSAS QUE NOS ALEGRAN LA VIDA”

POR PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.www.mervyster@gmail.com
MARACAIBO-ESTADO ZULIA-REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA-AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED: MIÉRCOLES 18 DE MAYO DE 2011.

Son muchas las cosas que cada persona califica, determina o precisa, en relación a las cosas, situaciones o hechos que le conceden alegrías y satisfacciones. No obstante existe una especie de mínimo común denominador para individualizar o particularizar algunos aspectos, elementos y factores que pueden alegrar la vida de cualquier persona, independientemente de su raza, condición social, color, el status económico, creencias religiosas o políticas, etc. Esta aseveración es perfectamente lógica porque se origina en la naturaleza del ser humano, de manera que por serlo, esos aspectos son metas, propósitos, proyectos, objetivos, tras los cuales el hombre gasta su potencial vital para obtenerlos. Como ejemplo y sólo de manera aleatoria podemos afirmar ,que quien no se sentiría alegre si el destino, el porvenir, el futuro, Dios, o como quiera llamar a la Providencia, le suministra una buena familia, la reciprocidad en el amor, poseer conocimientos tales que la sabiduría y el discernimiento y acompañen en todas sus acciones, obras, y pensamientos, poseer una excelente salud y bienestar social y económico. La respuesta es afirmativa en ciento por ciento. Hecha esta introducción, he seleccionado al azar algunos elementos o situaciones, de las que me valdré, para mencionar y analizar brevemente, siete cosas que a todas las personas les generarán alegrías.


1.- TENER FE EN DIOS Y ESTAR RECONCILIADOS CON EL.

Está más que demostrado que las personas que se dicen escépticas, incrédulas o ateas, viven aunque sin expresarlo o manifestarlo, una vida cargada de más angustias, infelicidades, dudas, incertidumbres, miedos y temores, que aquellas que manifiestan ser creyentes en Dios, en un ser superior o supremo y que afirman no estar solos y que la vida no se desenvuelve ni se desarrolla, únicamente por nuestras decisiones, sino que además existe un ser a quién recurrir para solicitarle consejo, ayuda, orientación y protección en los casos en que la tragedia, las contradicciones, las penas, los sinsabores, las enfermedades, las carencias económicas, los problemas de orden familiar, conyugal o social, nos visitan y pretendan quedarse como huéspedes permanentes en nuestra existencia. De allí que las personas que tienen fe en Dios y que procuran estar reconciliados con El, mediante la práctica de la justicia, la verdad, de la moralidad, de la misericordia, de la bondad y de la reciprocidad, son individuos a quienes la alegría le es muy cercana y muy fácil de acceder. Quien no crea en Dios, se niega asimismo, pues siendo Dios el Creador de todas las cosas, con su actitud el incrédulo, niega que Dios lo ha creado y en consecuencia ese mismo incrédulo, no existe. Esta duda en cuanto a la creencia y fe en Dios, lo acompañará toda su vida. Ya esa película la he visto varias veces, al final de su existencia los incrédulos, ateos y escépticos siempre buscarán a algún sacerdote para que los confiese y les dé la absolución, por si acaso, cuando mueran, después de la raya, se encontraran con el propio Jesucristo dándoles la bienvenida al Reino de los Cielos. El creyente, como cree en Dios , consecuencialmente también buscará la felicidad, la paz, procurará enfrentar los problemas con serenidad, y con la fuerza que Dios le suministra y no dejará que las dificultades le roben la felicidad la alegría y la paz.


2.-AMAR Y SER AMADOS.

El amor es el sentimiento más puro, noble y sublime que existe en el infinito. Nada que sea bueno puede negar su concreción en las fuentes, cimientos y profundidades del amor. Por amor se han realizado las cosas más importantes, supremas, dignas, justas, morales, divinas, celestiales y humanas en todo lo que traduce la vida en el planeta, en el universo y en el infinito sideral. Pero la alegría no es completa para el ser humano si solamente ama, pues amar no solamente es un derecho, es un deber tanto humano como religioso, divino o celestial. La palabra de Dios nos dice, y ello es el gran mandamiento que nos trajo nuestro señor Jesucristo: "amaos los unos a los otros", "ama al Señor tu Dios con todas las fuerzas de tu corazón, mente y espíritu y ama al prójimo como a ti mismo". Con este hermoso mandamiento se nos enseña a que no podemos amar a los demás, sin antes amarnos a nosotros mismos. Nadie da de lo que no tiene. Si no comienzas a amarte, no podrás amar a nadie más. De allí que el amar nos concede una alegría muy particular, pero que se multiplica y se exponencia a límites inapreciables, cuando ese amor es reciprocado, es decir, correspondido. Por ello el amor constituye el centro y núcleo de la vida y en consecuencia debe ser compartido entre todos los seres vivos. El odio, la malicia, la envidia, los malos deseos, deben ser sustituidos inmediatamente por el amor. Quien da amor , eso recibirá. Es una ley de incuestionable cumplimiento físico, metafísico, espiritual y bíblico. ¿Quién no se siente alegre si es amado?




3.-TENER UNA BUENA FAMILIA.


Nacemos, crecemos y nos desarrollamos en una familia y esta como elemento indispensable e indisoluble de la sociedad, necesita ser sana: social, moral y espiritualmente. Los sentimientos que la gobiernan están o por lo menos deberían estar vinculados con el amor. Quien tenga el privilegio de poseer y vivir en una buena familia, cargada de decencia, de respeto, de grandes valores morales, sociales, emocionales, culturales, de verdad, de justicia, de amor al prójimo, de solidaridad y de misericordia, vive y permanece en perfecta, grande y hermosa alegría. ¿Quien de nosotros no se ufana de pertenecer a una gran familia y por ésa circunstancia actuar siempre de manera afable, cordial y alegre? Por ello es importante aprender a convivir con los demás. No elegimos la familia en la que nacimos, pero si elegiremos y construiremos nuestra familia futura, y está situación nos conduce a planificar y programar, como y qué condiciones deben imperar en nuestra familia del porvenir. Si en la familia de la cual salimos se cultivaron los principios, postulados y valores respetuosos de la justicia, verdad, moralidad, reciprocidad, amor a Dios y al prójimo, solidaridad y buenas actitudes para con la sociedad y los individuos en general, nos será más fácil acceder y mantener la alegría del vivir , impregnando a las nuevas familias que de nosotros vendrán , de esos valores, que a la postre multiplicarán la alegría que signaron nuestra existencia.



4. POSEER DISCERNIMIENTO Y SABIDURÍA.

La vida es un continuo actuar y decidir. Si nuestras actuaciones y decisiones son justas, correctas, apegadas a verdad y a los más elementales valores de la moral, la ética, la buena disposición de ayudar a los demás, la cordialidad y la complacencia por las tareas supremas del bien común, se generará de manera imperativa una alegría desbordante y una emocionalidad de paz, amor y equilibrio, de elevados niveles. Antes que desear poseer abundantes riquezas, lo adecuado, lo conveniente, lo benéfico, es poseer un buen discernimiento y la sabiduría necesaria para poder entender y comprender todas las situaciones, cosas y hechos que nos ocurren o que se relacionen con nosotros. En la medida en que decidamos y actuemos sin dañar a los demás y por el contrario, generando bienestar, beneplácito, paz y amor, en esa misma medida, nos gozáremos de la alegría inmensa que nos causará tal situación. Las escrituras sagradas nos recuerdan que el Rey Salomón rechazó el pedirle a Dios, riquezas, fortuna o grandes tesoros. Salomón le pidió a Dios, sabiduría para gobernar a su pueblo. Y no solamente le concedió lo que pidió, sino que además como consecuencia de esta sabiduría, a Salomón le sobreabundaron las bendiciones materiales, tales como riqueza, honores y prosperidad que Dios le otorgó. Ese ejemplo clásico nos muestra que saber decidir y tener la suficiente sabiduría para hacerlo, nos llenará de infinito gozo y de alegrías a granel. La sabiduría es la madre de todas las cosas buenas y el buen discernimiento es el padre de todos los hechos y actuaciones buenas, justas, rectas y de gran sensibilidad humana.






5.-PRACTICAR SIEMPRE LA BONDAD.


Muchas personas se abstienen de ser buenos porque consideran que la bondad es un estorbo que a la larga permite que abusen de nosotros, si mostramos una pizca de generosidad, de solidaridad o de bondad. Es un grave error está manera de pensar. Se pierden, los que así reflexionan, de la inmensa alegría, camaradería, contentura, paz y felicidad que acompañan siempre a la persona que hace del ejercicio de la bondad, una práctica cotidiana, frecuente y común. Enseña la palabra de Dios, que guarda más alegría en su corazón el que da que aquel quien recibe. Haga usted memoria de los momentos en los cuales le ha tocado de manera espontánea colaborar, dar, donar, obsequiar a otro no solamente algún bien material, sino una palabra de aliento, una sonrisa, una palmadita en el hombro, unas consideradas palabras de aliento y apoyo, y verá que en esos momentos usted brilló de felicidad, lo embargo un conjunto de sentimientos, emociones y situaciones que todavía a la presente fecha no puede definir, pero que si lo apuran, dirá que están relacionados con un extremo gozo vinculado con la alegría, con el amor, con la felicidad y con una gran paz. Ser bueno no es malo. Y aunque la vida no sea contigo tan buena como tu lo eres con los demás, sigue adelante, pues somos bondadosos, no para recibir la recompensa de los otros, si no para obtener la aprobación de Dios, para cumplir su palabra y nuestro deber de ser constructores del reino del amor, del reino de los cielos, para sentirnos interior y exteriormente alegres, contentos, felices y agradados por cumplir de manera voluntaria con dispensar la bondad a todo aquel que se haya tropezado con nosotros en nuestro camino. La alegría es consustancial a la bondad. Todavía no conozco a ninguna persona que sea bondadosa y que ande por la vida, con actitudes de pocos amigos, avinagradas y con cara de cobradores de impuestos.



6. VER EN CADA DIA UNA OPORTUNIDAD DE VIVIR ALEGRES, EN PAZ Y CON GRAN FELICIDAD.



Vivir es experimentar una aventura diariamente. Cada mañana, cuando despertamos y le ofrezcamos a Dios nuestras mejores oraciones, se inicia un nuevo ciclo en nuestra existencia, pues cada día tiene sus propios afanes, tal y como lo enseña la palabra de Dios. Pero también cada día tiene sus momentos alegres, cargados de felicidad, de satisfacciones y de experiencias gratas y edificantes. Ello es imperativo, forzoso y necesario, que veamos en cada día de nuestra existencia, de nuestra etapa vital, una magnífica y gran oportunidad para atraer hacia nosotros lo bueno, lo alegre, lo saludable, lo benéfico, lo pacífico, lo feliz y el equilibrio con Dios, con nosotros mismos y con la sociedad y sus integrantes. No es cierto que vinimos a sufrir en este mundo. Es verdad que cada uno de nosotros tiene su cruz, que ha de tomar y seguir el camino que sus decisiones y actos le han diseñado, pudiendo también seguir el camino de la auténtica Cruz, que es la Cruz que llevó nuestro Señor Jesucristo, el camino de la enseñanza y de la predicación, el camino que nos exhiba como auténticos testigos de la Palabra de Dios, como verdaderos discípulos y testigos de Jesucristo. La palabra de Dios también nos enseña que solamente Dios basta y que estando con El y en El, la alegría, la paz, la felicidad y la multiplicidad de bendiciones, nos excederán hasta el hartazgo. Vivir es bendecir cada día de esta vida que Dios nos regaló. Hagámosle honor y gratitud a éste hermoso don de la vida, viviéndola con gran paz, en armonía con Dios, derrochando alegría y suministrando a nuestros congeneres grandes dosis de felicidad.


7.-CONTAR CON UNA BUENA SALUD Y PROSPERIDAD.

Hace algún tiempo que vengo escribiendo sobre los temas de la angustia, de la infelicidad, de la salud, de la pobreza y de la enfermedad. Hace pocos años me tocó dictar una conferencia sobre la angustia y la enfermedad, la cual intitule: "SENTIRSE ENFERMOS Y ANGUSTIADOS ES TU PROPIA DECISIÓN”, la misma fue el producto de algunas investigaciones que de manera informal efectué respecto del tema de las enfermedades, de los cuerpos enfermos y de la angustia que genera en el individuo esta situación. Allí aprendí que las enfermedades realmente no existen, existen cuerpos enfermos. Probado está que científicamente el ciento por ciento de las enfermedades se originan en nuestra mente, es decir son psicosomáticas, esa razón motiva a los investigadores científicos a aseverar que si el cerebro controla nuestro cuerpo, y si la mente controla al cerebro, entonces sí mi mente cree que estoy enfermo(mi mente no distingue entre realidad y fantasía), mi cerebro recibirá la orden del comando central, que es la mente,( la cual no distingue entre realidad y fantasía), de que efectivamente estoy enfermo, de manera que el cerebro le ordenará a todos los órganos de mi cuerpo , que actúen como que si estuviese bajo los efectos de una o más enfermedades. Es así como se explica la desagradable situación de "vivir enfermos o angustiados", con la consecuente desaparición de la felicidad, de la alegría, del bienestar, pues nadie que se encuentra enfermo está en buena disposición para gozar y disfrutar de aquellas situaciones de serenidad, reposo y paz, cordialidad, afabilidad y mucho menos alegría. De manera que la salud es un elemento imprescindible para poder actuar y desarrollar nuestras actividades de manera alegre y feliz. Se requiere de estar sanos para ser alegres. Sin embargo aún en la enfermedad debemos procurar mantenernos con alegría y no dejar escapar a esta, por más que la sanidad y una excelente salud nos dejen de acompañar por un tiempo. Lo mismo ocurre con la prosperidad y el bienestar. No obstante, yo tengo mis dudas al respecto. La pobreza no se traduce en tristeza, pues cada uno de nosotros se acomoda y se adapta a lo que tiene, es lo que en mi país se conoce como "arroparse hasta donde nos deje la cobija". Sin embargo es legítimo, válido, cristiano y necesario, aspirar a una mejor vida desde el punto de vista terrenal y material, esto no es pecado y antes por el contrario la palabra de Dios nos insta, nos motiva a ser prósperos a buscar los bienes de la tierra, sin perder la perspectiva de los bienes celestiales o espirituales, tal como nos dice San Pablo en una de sus epístolas. Ser rico no es malo. Además esto último nos permite ejercer las virtudes teologales, como es la practica de la caridad, la misericordia y la reciprocidad con los que menos tienen o los que no tienen nada. Entonces a vivir sanamente, a trabajar lo suficiente para alcanzar la prosperidad y a exhibir nuestra alegría, gozo y gratitud al señor por estos bienes.











IMAGEN 1:PINTURA: JESUCRISTO NOS ENSEÑA A PERMANECER ALEGRES







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Para citar este artículo: si se tratase del caso ejemplificado:
GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia? Maracaibo, Venezuela La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: )
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