jueves, 2 de junio de 2011

ARTICULO. ¿CUÁL ES EL MÁXIMO ACTO DE AMOR?





IMAGEN UNA: REPRESENTACIÓN DE LA FE...





IMAGEN DOS: PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR...

" CON FE LO IMPOSIBLE DEJA DE EXISTIR PARA SIEMPRE".MEGF. JUEVES 02 DE JUNIO DE 2011.

ARTICULO. ¿CUÁL ES EL MÁXIMO ACTO DE AMOR?
POR PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.www.mervyster@gmail.com
MARACAIBO-ESTADO ZULIA-REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA-AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED: JUEVES 02 DE JUNIO DE 2011.



Las manifestaciones de las personas frente a las situaciones cotidianas, ordinarias o extraordinarias, son variadas y de diversa índole. Así sucede con el amor. Sus manifestaciones son infinitamente indistintas, diversas, innumerables y la mayor parte de las veces, impredecibles e imprevisibles. A veces el amor se nos muestra en la forma de actos heroicos, solidarios y de mucha generosidad. En ocasiones la representación del amor viene envuelta en actos muy sencillos, simples y aparentemente sin ninguna trascendencia. Una pequeña palmadita en el hombro puede significar la vida o la muerte de una persona sumergida en una cruel depresión. Una palabra de aliento deviene en el restablecimiento de la salud de una persona recluida en manicomio o en algún hospital o clínica por alguna enfermedad de tipo físico. El acto de leerle a alguna persona algún fragmento o pequeño texto de un libro de autoayuda o de la palabra de Dios contenida en la Santa Biblia se transforma en un salvavidas para quién se ahoga en los tormentos de sus problemas familiares, económicos, conyugales, espirituales, mentales, de salud o simplemente de soledad o tristeza. Aunque no lo queramos, todas las cosas están sometidas a una especie de calificación, de jerarquía, de gradación, o llanamente de estratificación. ¿Quién manifiesta más amor?: el que te obsequia una casa para que vivas en ella; aquel que cuando estabas enfermo te visitó todos días y te llevó su palabra de aliento; acaso será quien te consoló cuando te informaron del diagnóstico del cáncer que padecías y que luego fue extirpado y que gracias a ello te mantiene con vida; sería, tal vez aquella persona que sin importarle perder la vida, se lanzó a la vía pública para rescatar a tu niño de ser atropellado por un camión que se desplazaba a exceso de velocidad; o más bien, no sería aquel que te ayudó a levantar tu familia, mediante aportes económicos semanales para satisfacer las necesidades elementales de sus miembros... Es difícil calificar de todos esos actos, cuál fue el máximo acto de amor. Todos ellos están barnizados por ese hermoso sentimiento de amor. No obstante ninguno de ellos constituye el máximo acto de amor. La fe en Dios, en sus enseñanzas, en su palabra, en su misericordia, en su amor, en su poder, en su auxilio, en su protección y en su presencia permanente con nosotros y la vida eterna, realmente expresan el máximo acto de amor. ¿Cuáles razones se podrían esgrimir para afirmar y aseverar semejante juicio?. La fe, en principio podemos decir que es la certeza que tenemos en lo que no vemos y la confianza en lo que vendrá. Sin embargo, profundizando un poco está manera de comprender la fe, es forzosamente necesario explicar que la fe , mirada desde el punto de vista de Dios es un don que el Señor nos regala. Nacemos, vivimos, nos desarrollamos y en muchísimos casos el ser humano no desarrolla su fe, independientemente de ese don que Dios nos regaló. Pero si observamos la fe en el punto de vista del hombre, deberá decirse que ella, es decir la fe, es un acto de gratuidad, porqué para el ser humano no comporta ningún precio, ni tiene que pagar por ello, cuando asume él acto de fe. Además el ser humano no cuenta con herramientas, con insumos ni de razones experienciales para manifestar, desarrollar y cultivar la fe. Toda la esperanza del hombre se basa en la creencia (gratuidad) que espontáneamente, gracias al albedrío que Dios le dio y al amor que ese hombre expresa, en él el máximo "acto de amor"( su fe ). Por ello la fe es certeza de lo que no vemos y confianza en lo que esperamos, aunque no tengamos pruebas de que ello vendrá o de que veremos lo que deseamos y pretendemos ver. El Padre Ignacio Larrañaga, en una de sus obras (LARRAÑAGA IGNACIO,"MUÉSTRAME TU ROSTRO".Ediciones San Pablo. Caracas-Venezuela. 1997. Pág. 98-100) , nos plantea un conjunto de reflexiones relacionadas con el máximo acto de amor y que por intermedio de este artículo, me permito transcribir en parte , colacionando alguno de sus fragmentos:


“Me ha tocado en la vida tratar a fondo con miles de personas, sobre todo personas comprometidas completamente con Dios, recibiendo sus confidencias y problemas. A partir de eso, me he convencido de que son pocos los creyentes que a lo largo de sus años se libran de vacilaciones y perplejidades en la fe.

El creyente siempre tiene la sensación de correr un riesgo. No son pensamientos coordenados sino presentimientos ciegos e << irracionales>> los que se apoderan del creyente para << decirle>> cosas parecidas a estas: Mira, apostaste todo por Alguien, ¿Y si pierdes la apuesta? Hiciste de tu vida un holocausto, renunciaste a las cosas más soñadoras; se vive una sola vez y está por demostrarse si esa sola vez acertaste o te equivocaste; te lo jugaste todo por un Alguien y está por demostrarse si ese Alguien es quimera o Sustancia. Todo queda al aire: que tu vida sea absurda o sublime, aventura o desventura depende de que ese Alguien sea solidez. ¿Quién te lo prueba? ¿Cómo se puede demostrar? ¿Quién ha venido del otro lado? Dices que la Palabra de Dios afirma todo eso: ¿Y cómo me demuestras que esa palabra no sea otra falacia? Te metiste en la gran aventura. Me dices: Vamos a remitir esas preguntas al tribunal de Dios para después de la muerte. Pero ¿Y si también aquello es otra estafa, la última y la peor?

Y el creyente queda sin ningún agarradero sólido, sin ninguna prueba empírica, sin ninguna explicación que le explique, sin ninguna evidencia que le tranquilice... Este es el vacío sobre el cual hay que dar el gran salto, y no una vez , sino permanentemente.

Este es el gran momento de la fe. He aquí el acto radical donde subyace todo su mérito y valor transformante. Sólo es bonito creer en la luz cuando estamos de noche. Creo que detrás de este silencio respiras Tú. Creo que detrás de esta oscuridad brilla tu rostro. Aunque todo me salga mal, aunque los infortunios me lluevan, creo que me amas. Aunque todo parezca fatalidad, aunque nos parezca que sólo el absurdo manda en el mundo, y vea a los hombres odiar y a los niños llorar, y a los malos triunfar y a los buenos fracasar, aunque la tristeza reine, y haya sido degollada la paloma de la paz, aunque sienta ganas de morir..., yo creo, me entrego a ti. Sin ti. ¿Qué sentido tendría esta vida? Tú eres la vida eterna.

Esta es la fe que traslada montañas y da a los creyentes una consistencia indestructible. Con este salto se comprende que él << acto>> de fe sea obsequio. Sin duda, la fe de parte de Dios, es don, el primer don. Pero, según me parece, de parte del creyente, hay un hermoso y fundamental acto de gratuidad. Es gratuito de parte del hombre porqué, para dar esa adhesión vital, el creyente no dispone de motivos empíricos ni de razones aquietantes. En plena oscuridad se lanza a los brazos del Padre, a quién no ve, sin tener otro motivo y otra seguridad que su Palabra. Hay mucha gratuidad (y mérito) de parte del hombre, en el acto de fe. Y repetimos "es el máximo acto de amor".

De todo lo dicho se desprende claramente que la fe adulta no es principalmente adherencia intelectual a las verdades, doctrinas y dogmas, sino adhesión vital y comprometedora a una persona. Se trata de asumir una Persona, y, al asumirla, se asume también toda su Palabra que condiciona y transforma la vida del creyente.

[Fe significa no sólo tener por verdadero algo, ni tampoco mera confianza.

Creer significa decir amén a Dios, afianzarse y basarse en Él. Creer significa dejar a Dios, ser totalmente Dios. O sea, reconocerlo como la única razón y sentido de la vida. La fe es, pues, el existir en la receptividad y en la obediencia... Walter Kasper. Jesús el Cristo, Sígueme. Salamanca. 1976. 265]."(LARRAÑAGA IGNACIO,"MUÉSTRAME TU ROSTRO".Ediciones San Pablo.Caracas-Venezuela. 1997. Pág. 98-100)






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IMAGEN DOS: PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR...

" CON FE LO IMPOSIBLE DEJA DE EXISTIR PARA SIEMPRE".MEGF. JUEVES 02 DE JUNIO DE 2011.








Para citar este artículo: si se tratase del caso ejemplificado:
GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia? Maracaibo, Venezuela La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: )
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